Un reciente informe indica que la permanente reducción de los homicidios en Honduras ha llevado a una disminución en la tasa de impunidad, pero a pesar de estos avances, la inseguridad sigue siendo un problema frecuente en el país centroamericano.
En el año 2020, Honduras presentó una disminución generalizada en todos los hechos y denuncias registrados por la Mesa Técnica de Muertes Violentas, conformada por la Policía Nacional y el Ministerio Público/Dirección de Medicina Forense, el Registro Nacional de las Personas, el Observatorio Nacional de la Violencia IUDPAS-UNAH y los Observatorios Municipales de Convivencia y Seguridad Ciudadana de la Secretaría de Seguridad.
Estos hechos y denuncias comprenden los homicidios, las muertes por accidentes de tránsito, los suicidios, los delitos sexuales, las violencias intrafamiliar y doméstica, las lesiones, los secuestros, los robos y los hurtos. Las caídas se concentraron durante el primer semestre del año, influenciadas por las limitaciones a la movilidad debido a las medidas de confinamiento tomadas en respuesta al COVID-19. En paralelo, otras formas de violencia, particularmente la violencia contra las mujeres, han incrementado en el periodo analizado.
El año pasado se registraron 3,496 víctimas de homicidios, lo que representa 576 (14.1%) víctimas menos respecto al 2019. La tasa de homicidios del 2020 fue de 37.6 homicidios por cada 100 mil habitantes, la más baja de la última década y representa una disminución de más de la mitad (-51.5%) respecto a la tasa del 2013.