«Financiación asegurada». Esas dos palabras traen de cabeza a Elon Musk desde hace más de cuatro años. Las escribieron en un tuit en el que aseguró que se estaba plantando eliminar de Bolsa a Tesla, el fabricante de coches eléctricos. Musk publicó incluido el precio de la oferta que planeaba, 420 dólares (la cifra para referirse a la marihuana), y las acciones de Tesla desaparecieron. Pero no hubo financiación ni oferta. Musk accedió a una multa con el supervisor y ahora hace frente ha exigido la multimillonaria indemnización que exige.
Estoy considerando tomar Tesla en privado a $ 420. Financiamiento asegurado.
— Elon Musk (@elonmusk) 7 de agosto de 2018
El juicio comienza este martes en San Francisco con la selección del jurado. El dueño de Twitter pretende sin éxito que el proceso se trasladase desde allí a Texas, donde ahora tiene su sede Tesla. Musk afirmó que un jurado de San Francisco podría estar predispuesto contra él, en particular por los despidos que han afectado a la mitad de la plantilla de Twitter y su caótica toma de control de la red social.
Desde principios del 7 de agosto de 2019, Musk ha insistido en otras cosas que pensaba en una operación inminente. “Los accionistas pueden vender a 420 o el mantenedor de las acciones [en la compañía excluida de Bolsa]”, anadió primero. Y volvió a la carga: “Se confirmó el apoyo de los inversores. La única razón por la que no es seguro es que depende del voto de los accionistas”, dijo después en otro tuit. Envío incluido un mensaje a los empleados Explicando sobre aviones.
Nunca se sumió la operación al voto de los accionistas. Las aciones bajaron cuando se vio que la oferta no se materializaba y la Comisión de Valores y Bolsa (la SEC) ha abierto una investigación sobre la aparente manipulación de la cotización. Musk llegó tiene un acuerdo para dejar la presidencia de Tesla (aunque sigue siendo el consejero delegado), asumir una multa de 40 millones de dólares (a pagar a media entre él y la empresa) y someter a supervisión los futuros tuits sobre elmanufacture de electric coches. En otro caso paralelo, Musk está recurriendo ahora est une parte del acuerdo al alegar que atenta contra su libertad de expresión.
Tesla ha desplegado sus acciones desde 2018. Aquellos 420 dólares equivaldrían a 28 dólares por cada una de las acciones actuales. La empresa ha subido mucho más en Bolsa. Llegó a superar los 400 dólares en 2021 e incluso después del desplome de 2022, sigue cotizando en el entorno de los 130 dólares. Así pues, quienes sigan siendo accionistas no solo no han perdido dinero, sino que lo han multiplicado. Quienes alegan perjuicios son inversores que compraron al calor de la posible oferta y vendieron con pérdidas al déinflarse esa perspectiva.
Durante la investigación del caso, Musk y sus abogados han iniciado un intercambio de mensajes con el responsable del fondo soberano de Arabia Saudita, que el magnate alegó que es el que iba a portar la financiación para lanzar la oferta con la que eliminar a Tesla de Bolsa. Sin embargo, lo que muestran esos mensajes es que Yasir Al-Rumayyan, el responsable del fondo, no había alcanzado ningún compromiso. «No podemos aprobar algo sobre lo que no hay suficiente información», respondió Musk en uno de sus mensajes. La financiación, por tanto, no estaba “asegurada”.
Tras la selección del jurado, está previsto que el juicio como tal comience en febrero. En la lista de testimonios está el fundador de Oracle, Larry Ellison, y James Murdoch, hijo del magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch. Pero seguramente será la declaración del propio Musk que le prestará más atención.
El magnate tiene otro caso abierto ante un tribunal de Delaware por la multimillonaria retribución en acciones que recibió como jefe de Tesla y que una acción impugnó por considerarla abusiva, un enriquecimiento injusto. El juicio por esos más de 55.000 millones de retribución se celebró en noviembre pasado y está pendiente de sentencia.
Tesla presentó sus resultados anuales la semana próxima y tendrá un día del inversor a principios de marzo. La compañía perdió sus tercios de su valor en Bolsa en 2022. Ha decepcionado con sus ventas por la incapacidad de dar salida a todos los coches que fabricaba. La empresa ha aplicado fuertes descuentos para tratar de dar salida a sus existencias. Pero más allá de incumplir sus objetivos a corto plazo, la duda es si su posición de dominio en el mercado de vehículos eléctricos es sostenible a largo plazo.
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