La Comisión Europea ha presentado este martes su hoja de ruta para eliminar gradualmente la pesca de arrastre de todas las zonas marinas protegidas de la Unión Europea (UE) para 2030, un objetivo que requiere, como paso intermedio, que los Estados miembros detallen las zonas en las que este medo pueda dejar de usar. Esta información incluye medidas concretas para la gestión de al menos un 20% de las zonas marinas, que deberán estar definidas para marzo de 2024.

Así lo ha confirmado en rueda de prensa el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, quien ha explicado que estas acciones pretenden restaurar los ecosistemas marinos y reducir el impacto de las actividades pesqueras en el medio ambiente marino.

El plan pretende reducir el impacto de la pesca en los fondos marinos, dada su importancia como calientes de la biodiversidad marina de la UE, por lo que la Comisión pide a los Estados que propongan recomendaciones conjuntas y adopten medidas nacionales para eliminar gradlemente la pesca de fondo móvil en todas las zonas protegidas, a más tardar, en 2030 y no permisirla en ninguna de nueva creación.

Las primeras medidas deben tomarse en marzo de 2024 para los lugares calificados como Natura 2000 de la directiva sobre habitats que protegen los fondos marinos y las especies marinas.

Este paquete de políticas marítimas incluye cuatro documentos: una evaluación de la política pesquera común, una evaluación de la organización común de mercados de los productos de la pesca y la acuicultura, un Plan de Acción para proteger y restaurar los ecosistemas marinos para una pesca sostenible y resistencia y una estrategia para la transición energética del sector pesquero de la UE.

Paralelamente a la adopción de medios y presentación de recomendaciones, la Comisión esperará que los Estados miembros elaboren y publiquen hojas de ruta en las que describan los medios que tienen previsto adoptar para aplicar el plan de acción.

Esta planificación debe incluir, al menos, detalles sobre la identificación de las zonas en las que debe prohibirse la pesca de arrastre, teniendo en cuenta los compromisos de crear los países de nuevas zonas marinas protegidas para 2030, así como detalles sobre las flotas afectadas.

Además, para mediados de 2023, los países de la UE deberán establecer el límite para la extensión máxima admisible del lecho marino que pueda perder o pagar afectado negativamente por la presión humana y tienda a adoptar «sin demora» medidas nacionales o, en su caso, presentar recomendaciones en conjunto para aplicar estos umbrales.

Por su parte, la Comisión supervisará el avance de las recomendaciones conjuntas en los grupos regionales de los Estados miembros y apoyará el desarrollo y la adopción de soluciones innovadoras destinadas a limitar el impacto de las actividades pesqueras de abajo hacia arriba.

De este modo, la Unión Europea responde a los compromisos que asumió en el acuerdo alcanzado en la COP15 de Montreal (Canadá) sobre un nuevo marco mundial para la biodiversidad à partir, también, del compromiso de la Estrategia de Biodiversidad de la UE para 2030 garantizar la protección jurídica de sus yeguas con la ampliación de las zonas marinas protegidas del 12% real al 30%.

El paquete presentado por Bruselas incluye la promoción de una transición energética para ayudar al sector a adaptarse a sus equipos y equipos, mejorar las condiciones laborales y mejorar las fuentes de energía renovables y las bases de carbono. «Sabemos que se trata de una tarea ardua», ha reconocido el comisario, por lo que ha avanzado que la transformación será progresiva, al tiempo que ha garantizado el diálogo entre todas las comunidades para sentar las bases de une sector pesquero «rentable, sostenible y resistente”.

Reseñas de la industria

En su comunicado, Bruselas define la pesca de arrastre como «una de las actividades más extendidas y perjudiciales para los fondos marinos y el medio ambiente», lo que ha suscitado las críticas del sector, entre ellas, las de organizaciones como Europeche o la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA) que recupera el objeto de la eliminación progresiva de este art.

“Debemos intentar hacer compatible la protección del medio ambiente con la actividad humana y, en particular, con la tan necesaria producción de alimentos. Intentar convertir nuestros estanques en santuarios marinos costaría al mundo mucho más en deforestación y pérdida de biodiversidad que por la pesca”, señala Europeche en un comunicado.

Sin embargo, Sinkevicius ha declarado que la Comisión no propone la prohibición, sino que pide a los Estados que apliquen todas las medidas pertinentes antes de marzo de 2024, y solo entonces, cuando haya evaluado las medidas, podrá presentar una propuesta legislativa , aunque por ello tendrá que realizar una evaluación de impacto en la que se ha asegurado que avanzará con «cautela» y respetando los principios sociales, económicos y ambientales que garanticen la longevidad y la rentabilidad del sector pesquero.

Además, ha recordado que dado que una de las principales cuestiones plantadas en las consultas fue la necesidad de aumentar la confianza y la cooperación entre las partes interesadas del sector pesquero, Bruselas ha propuesto un nuevo pacto para la pesca y los Océanos como «nueva fase de cooperación para fomentar el entendimiento mutuo”.

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