CARTA DESDE RÍO DE JANEIRO

Y de repente, decenas de payasos irrumpieron en la noche carioca. Al son del funk y un frenesí de fuegos artificiales, aquí están invadiendo la calle, ataviados con máscaras aterradoras, grandes monos con estampados extravagantes, medias de colores, plumas doradas, moradas y celestes. Los juerguistas sostienen un palo en sus manos, al que se sujeta una red que contiene una pelota de plástico, con la que golpean violentamente el suelo. Aquí están los fascinantes y acertadamente llamados batir bolas, los “golpeadores de globos” del carnaval de Río.

A varias decenas de kilómetros del centro de la ciudad, donde marchan bandas y escuelas de samba, no hay carrozas alegóricas ni bailarinas desnudas. Cada año, estos payasos celestiales, que parecen llegados de otro planeta, toman las calles de los barrios obreros, negros y periféricos. EL bate-bolas están, sin embargo, lejos de ser marginales. Hay tantos como 2.000 grupos solo dentro de Río, algunos de los cuales tienen docenas o incluso cientos de miembros. Por su escala y su exuberancia, el fenómeno superaría, según algunos, al carnaval oficial y turístico, que se inauguró el 17 de febrero.

El mito de la vejiga de buey

En el grupo Bicho Rei (“rey animal”), Filipe Marimba no está ocioso. En una pequeña casa del barrio Guadalupe, al norte de Río, él y sus compañeros golpeapelotas preparan nada menos que 240 disfraces para su salida del año. “¡En una de las personas de todo Río, de 3 a 60 años! Hasta mi hijo de 8 meses, lo llevo! », ríe este chico de 37 años, ocupado en medio de montones de máscaras y faldas de lentejuelas.

Este año, han elegido el tema del antirracismo. En el vestuario, al león rugiente de Bicho Rei se le unen las figuras de Malcolm X, Nelson Mandela y Martin Luther King. “Queremos cambiar mentalidades”, explica Filipe Marimba, de piel negra, como la mayoría de los habitantes de la periferia. «Aquí todos experimentan el racismo… un tema que al gobierno anterior no le importaba para nada», agrega, apuntando a la extrema derecha de Jair Bolsonaro.

“Mi sueño es crear un museo bate-bola. Debemos crear un lugar de memoria, de transmisión. No dejes nuestra cultura encerrada en un gueto. » Marcelo « Indio », creador de bate-bola

Es difícil fechar el origen del fenómeno. EL bate-bolas a veces se les llama el «clovis», un posible derivado del inglés payaso, dada por los extranjeros de paso a principios del siglo XXmi siglo. Los investigadores han creído y desacelerado los orígenes portugueses, incluso celtas… Cuenta la leyenda que el primer globo fue una vejiga de res, vendida por un matadero en el barrio de Santa Cruz, en el extremo oeste de Río.

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