Parcoursup ha ocupado todo el espacio en la familia Cornut. A la hora de la cena, alrededor de la mesa, Esaïe, que pronto cumplirá 4 años, quiere hablar de sus últimas aventuras en el patio de recreo, al igual que su hermana Adélaïde, educada en CM2. La mayor, Elysée, una estudiante de secundaria de 14 años, también tiene muchas historias para compartir, pero es Thaïs, de 17 años, estudiante de último año en Lycée Montaigne en París, quien es el centro de atención para los hermanos. “Casi todas las noches, solo hablamos de sus calificacionesdice Loup Cornut, la madre. Fijamos un objetivo para el siguiente control, calculamos su media, la de la clase. Nos preguntamos cómo Thaïs podrá sobresalir… ¿Cómo podemos tranquilizarla? Parcoursup se ha convertido en el metrónomo de nuestra vida familiar. ¡Espero que esto se detenga! »
Al igual que los Cornuts, este año en Francia, 640.000 familias tienen al menos un alumno de secundaria afectado por la plataforma Parcoursup. Para muchos, es un período de tensión ligado a la incertidumbre del desenlace; para otros, un momento de reunión familiar. El mundo recopiló los testimonios de varias decenas de padres que vivieron este episodio y relatan este “Año parcoursup”, «un año en apnea»tal como lo resume Loup Cornut, gerente administrativo.
El 18 de enero, los estudiantes de secundaria podrían comenzar a pedir sus deseos en línea. Fue solo casi cuatro meses y medio después, el 1oh junio, que se presentarán las primeras propuestas de admisión a los candidatos. Para aquellos que no hayan sido seleccionados para los cursos de formación solicitados, se abrirá una fase de admisión adicional el 15 de junio y se prolongará hasta el… 12 de septiembre. “Si tu hijo no es el primero de la clase, rema para conseguir un lugar, la espera es larga, muy larga”, testifica Virginie Renaud, madre en casa. El invierno, la primavera y en ocasiones todo el verano transcurre en la incertidumbre, y la expectativa genera un «enorme estrés»reconocido por muchos padres.
» No podemos hacer nada «
Esta tensión lleva a hacer los cálculos menos respetables: “Mi hijo solicitó la licenciatura en ciencias políticas en la Universidad de Lille. Después de los primeros resultados fueron 800mi en la lista de espera de 500 plazas. Cuando llegó el veredicto del final de la fase final, se encontró primero… fallido, dice Guillaume Bussy, consultor de TI. Alors une pensée cynique me traverse l’esprit : statistiquement, sur 500 individus, il y en aura bien un qui fera le choix d’une année de césure à l’international ou un qui va rater un virage en sortant de boîte pendant l’ Verano. Finalmente, se presentó el primer escenario. Se aseguró un lugar antes de finales de julio. »
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