Santiago de Compostela Vuelve a revivir una de sus jornadas más dolorosas. El 21 de septiembre te marcó en el imaginario colectivo desde 2013 por el asesinato de la nia Asunta Basterra Oporto, volvi a teirse de luto en 2020 por el crimen de otro menor, un pequeo de tan solo tres aos al que su to materno asfixi en la casa familiar. Dos aos despus, el caso ha llegado a juicio, haciendo presentse el terrible suceso y con la confianza de que se resuelvan todas las incgnitas que lo
rodeando desde el principio. El presunto asesino,
santiago cepeda
quera y cuidaba a sus sobrinos con devocin, tena buena relacin con su familia y se espera que el juicio ayude a explicar qu pas por su cabeza para taparle la nariz y boca al ms pequeo hasta la muerte, sin mvil aparente.
Naciones Unidas
jurado popular
el ha juzgado toda esta semana. En su primera sesión, usted adopta una decisión que marca el juicio, se ha celebrado a puerta cerrada. La razón: protegiendo la intimidad de la familia de la vctima, muy conocida en Santiago de Compostela, vinculada a la mtica
Ultramarinos Cepeda
una de las tiendas con ms raigambre de Espaa, inaugurada en agosto de 1880, sita en la
Plaza de Cervantes
círculo de la catedral y parada obligada de turistas.
El abuelo del nio y padre del asesino es el responsable de la tienda, pero tambin los padres de la vctima son muy conocidos: la madre regenta una clinica de podologa y el padre, tambin sanitario, es tcnico radilogo in el Hospital Clnico. Fueron ellos los primeros que atendieron al pequeo tras el crimen.
Desde el principio, la familia se ha encontrado en una situación comprometida ante el terrible asesinato, sin acusar al supuesto autor. La propia madre del fallecido y hermana del acusado pidi expresamente que las sesiones no tuviesen publicidad.
El jurado (cinco mujeres y cuatro hombres) apoy que no sea audiencia pblica y, tras escuchar las peticiones de la
Impuesto
de la defensa del acusado y de la familia del niño fallecido, la magistrada presidenta de la seccin sexta de la
Audiencia Provincial de A Coruña
acord que solo la lectura del veredicto ser publico.
El acusado, Santiago Cepeda Quintela, que entonces tenia 39 aos, se enfrenta a la pena de
encaje permanente revisable
mientras su defensa pide su
absolucina
al considerar que deben aplicarle la circunstancia eximente completa de la responsabilidad penal porque aquel 21 de septiembre sufri un epilptica o comicial que le impida saber lo que haca. De hecho, tras el crimen, ingresa en el
área de Psiquiatra del Hospital Clínico de Santiago
pero poco después de que los informes forenses descartaron alteración psiquiátrica y entrar en la
Cárcel de Coruesa de Teixeiro
ola continuó.
«Estado crepuscular»
Sin embargo, su defensa habla de circunstancias perifricas tras su comportamiento y a portea a pericial inform que habla de que aquel da sufri a súbito colapso neurolgico y entr en lo que se conoce como estado crepuscular. Todo fruto de las secuelas que le dej el
Tumor cerebral
que padeci de nio -fue operada varias veces entre los 12 y los 18 aos-. Santiago Cepeda estableció un diagnóstico de
depresión
pero su abogado sostiene que lo que tiene, en realidad, es una dolencia neurológica que le impide saber lo que estaba haciendo cuando cometi los hechos que se le imputan.
Los psiquiatras del
Instituto de Medicina Legal de Galicia
que estudiaron una Cepeda descartaron evidencia psíquica y apuntaron un episodio depresivo de altas características. En base a esos informes, tanto la Fiscalía como la acusación particular, que ejerce la
Fundación Amigos de Galicia
sin apoyo de la familia de la vctima, considerando que el hombre es imputable y piden la mxima condena. La acusación en particular incluía que la sentencia se hizo en audiencia pública para asegurar que la ciudadana pudiera obtener una versión imparcial de los hechos.
El pequeo y sus dos hermanas, tambin menores, estaban en casa de sus abuelos maternos con su abuela y su to, profesor Durante aos en un instituto en
roquetas de mar
(Almera). Haba regresado a su ciudad natal poco antes por problemas depresivos y mantuvo buena relacin con toda la familia, que, y ah radica otra excepcionalidad de este caso, no ha presentado cargos. Esa relación se mantiene, incluso ahora le pagan a su abogado defensor y sus padres le visitan en prisión. Es su entorno el que también explica que en los das previos al crimen presentaba una situación que no haca presagiar el fatal desenlace, pero, vindola ahora con perspectiva, ya apuntaba a que algo no iba bien: dolores de cabeza, temblores e insomnio, y deca que escuchaba ruidos.
Esa tarde, se encierra en el bao en el
número 17 de la ra dos Loureiros
en eso
Barrio Santa Clara
, y asfixi a su sobrino tocandole la nariz y la boca. Fue su cuado y padre del nio el que lo encontr con las manos sobre el nio tras derribar la puerta y le prest una primera asistencia, al tiempo que alertaba a los servicios de emergencia, que slo puede certificar su muerte.
Eran las ocho de la tarde del 21 de septiembre, esa fecha marcada en la memoria colectiva por un crimen en otra conocida familia de la capital gallega. Tras el duro crimen, los Cepeda recibieron el cario espontneo de todo Santiago, que llen de flores el exterior de los ultramarinos que lleva su apellido, en psame por una prdida irreparable y rodeada de incgnitas a punto de tener sentencia.
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