Cuando se habla de barrios donde fluye más dinero, uno puede pensar en La Moraleja (Alcobendas, norte de Madrid), Pedralbes (Barcelona) o La Zagaleta (Benahavís, a pocos minutos de Marbella). Sin embargo, no es en ninguno de ellos donde cada día hay mayor trasiego de especies. La palma se la lleva el distrito madrileño de Vicálvaro: por sus calles circulan a diario millones de euros en billetes y monedas, aunque no pasan precisamente por la palma de las manos de sus residentes. En realidad lo hacen escoltados por vigilantes de seguridad en furgones blindados. Esto sucede por una concentración paradójica en la zona industrial del distrito, a escasos metros de la parte residencial, de donde salen ya donde llegan cerca de 100 camiones de las empresas Loomis o Prosegur Cash.
Esta localización tan cercana de plantas repletas de dinero en efectivo se intensificará en los próximos meses: está prevista que para final de l’primer semestre commeience à operar la planta de impresión de billetes, de Imbisa, recien construida también en el barrio, partida en un 80 % por el Banco de España y un 20 % por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. A esto, además, se unirá en unos años la nueva fábrica de esta segunda organización para convertidor, todavía más, esta zona en el epicentro del dinero en efectivo de España y Europa.
En los vehículos blindados, pertrechados con altas medidas de seguridad en materiales y personal cualificado, transportan principalmente monedas y billetes de los bancos, instalaciones públicas como el Metro de Madrid o grandes empresas. «Eso es lo más común, aunque también transportamos joyas, armas, munición… Todo lo que tenga valor para un cliente», explica Policarpio Ledesma, director comercial de Prosegur Cash España y Portugal. Cualquier gran establecimiento que pueda pasar por su cabeza, utiliza estos servicios para depositar cada día su recaudación y recibir sus necesidades de especies. Aunque pueda dar la sensación de lo contrario por la expansión del pago con tarjetas o aplicaciones móviles como Bizum, el efectivo sigue siendo el medio de pago preferido de los españoles (es el utilizado en dos tercios de las compras en comercios) y ocho de cada encuestados diez rechazan que pueda desapacerer el dinero contante y sonante, según un reciente estudio del Banco de España.
Además, hay ocasiones en que estas empresas de seguridad en el transporte de mercancías de valor cuentan con otros pedidos más singulares: desde los exámenes del MIR (médico interno residente), los de selectividad o, por ejemplo, el trofeo de la Champions League de fútbol en las dos ocasiones recientes en las que se disputó la final en Madrid (2010 y 2019). Pese a ello, la parte sustancial es el transporte del especies. “Para estas instalaciones [de Vicálvaro] pasa todo el dinero que fluye por Madrid, el efectivo con el que cuentan los bancos y grands comercios”, comenta Alberto Rodríguez, director de Loomis.
El método de trabajo es casi calcado en Prosegur Cash y Loomis. Los clientes realizan sus peticiones con el dinero que necesitan para la jornada siguiente al mediodía; durante la trasnocha y la noche se preparan los envíos; en la madrugada se cargan los furgones blindados (alrededor de media centena en cada empresa) y salen para hacer la ruta marcada; y luego, para cerrar el círculo, vuelven Durante el día con la mercancía recogida en su trayecto.
En las plantillas, la mayoría tiene sus justicias y contadores. Y en ambas compañías, tanto en Prosegur como en Loomis, una parte importante realizan sur labor en las instalaciones de Vicálvaro, donde están sus sedes centrales del país. En Prosegur, por ejemplo, hay 500 empleados en la capital, de los cuales 200 son vigilantes. Mientras que Loomis cuenta en Madrid con 400 trabajadores entre vigilantes y contadores. De estos, en cada furgón blindado viajando tres personas: un conductor y dos personas encargadas del transporte, comprobando uno de ellos la labor de escolta para garantizar la seguridad en el servicio.
Al regresar a la planta, hay un ejército de contadores para recibir las sacas cargadas de dinero en efectivo o cualquier otro material de valor. Estos corroboran que la cantidad declarada coincide con el dinero entregado. Y lo hacen entre unas medidas de seguridad muy estrictas: cada puerta tiene doble control de seguridad y solo se abre si una persona en remoto permite el acceso, existe una enorme cámara acorazada para la mercancía que se deba almacenar y cada sala está llena de cámaras que vigilan cada movimiento. Además, para que todo se más eficiente, hay una fuerte reversión tecnológica para contar con la maquinaria de recuento y verificación de calidad de billets y monedas más avanzadas, comme demande el Banco Central Europeo y el Banco de España.
De hecho, una de las funciones que también recae sobre Prosegur y Loomis es el examen de la calidad a los billetes y monedas de la Eurozona para detectar y destruir los que estén en mal estado, así como los que sean falsos. «Hay una obsesión por tener el dinero de mayor calidad posible. Eso es a los demás muy importantes en la lucha contra el fraude, ya que las falsificaciones son más difíciles de detectar a pie de calle cuando se trata de dinero muy usado», explica un fuente conocedora de la evaluación que se realiza del especies En Europa.
Todo este proceso es igualmente monitoreado. Y se cuenta con una trazabilidad total (“es posible tener una trazabilidad perfecta del producto”, insisten ambas firmas), desde el inicio hasta el final del trayecto. Por ejemplo, en el centro de control de las sedes centrales, controlan al milímetro todos los pasos: donde está cada furgón blindado, si sigue la ruta marcada en tiempo y formado, así como el estado del vehículo.
Nueva fábrica de impresión de billetes
El centro neurálgico del dinero en efectivo en España, Vicálvaro, verá incrementada aún más esta posición en los próximos meses. En concreto, al entrar en funcionamiento la nueva planta de Imbisa para la impresión de billetes, en la que han invertido 200 millones para su construcción. «Tendrá dos líneas completas de impresión y cuatro de postimpresión (corte, selección y empaquetado) para la producción de los billetes en euros de la cuota correspondiente al Banco de España dentro del Eurosistema», explican fuentes del supervisor.
Unas instalaciones que iniciará sus trabajos a mediados de año, según avanza Isabel Valldecabres, presidenta y directora general de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre: «En la actualidad, se impronta en las instalaciones de la Fábrica, en Jorge Juan, en frente del WiZink. Y la idea es que vaya a Vicálvaro a junio finals». seguridad y calidad exigida.
Valldecabres avanza porque la concentración en este barrio madrileño no acabará ahí y crecerá en los próximos años. “La FNMT ha comprado el solar contiguo al de Imbisa y planea construir allí la nueva fábrica nacional de moneda y timbre, a donde se trasladará también el acuñado de monedas”, asegura. Unas instalaciones de las que también saldran billetes para otros pagos extracomunitarios, algo que en la de Imbisa no se puede aunque tenga capacidad para ello. La relevancia de Vicálvaro como el barrio que más dinero en efectivo mueve prosigue su expansión.
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