La cadena de hogar y decoración Bed, Bath & Beyond ha sido declarada domingo en bancarrota, según ha anunciado a través de su página web. La empresa fue fundada en 1971 en New Jersey y que estuvo entre los favores para las listas de boda y para quienes independizarse y montar una nueva casa, ha fracasado además de intentos de enderezar el rumbo tras años de problemas.

“Gracias a todos nuestros fieles clientes. Hemos tomado la difícil decisión de empezar a desmantelar nuestras operaciones. Las tiendas y web sites de Bed Bath & Beyond y Buy Buy Baby están abiertas y esperando a los clientes”, señala la nota en la página web de la empresa. El grupo tiene unas 360 tiendas de la cadena principal y otras 120 de Buy Buy Baby. Obtuvo $240 millones en fondos de Sixth Street Specialty Lending Company para seguir operando.

La compañía ha calculado que a final de noviembre tenía activos por import de 4.401 millones de dólares (unos 4.000 millones de euros) y una deuda total de 5.200 millones de dólares, según la documentación presentada a los juzgados de Nueva Jersey. El número de hectáreas fluctúa entre 25.001 y 50.000. El principal adquirente o no garantizado es BNY Mellon con 1.185 millones de dólares, muy lejos del siguiente, Personalization Mall, con 11 millones de dólares. Un total de 73 sociedades diferentes presentaron la bancarrota. La directora financiera de Bed Bath & Beyond, Holly Etlin, actuó como directora de reestructuración para la gestión de la quiebra.

Ha sido una crisis cantada. Bed Bath & Beyond se planteó más de un año del lado de la suspensión de páginas por sus problemas financieros, agravados por la pandemia, el comercio eléctrico, los cambios en los hábitos de consumo, el alza de la inflación y la incertidumbre económica. La empresa no supo adaptarse y su propuesta cada vez convencía menos a los clientes. Su caída es un síntoma de una crisis más amplia que afecta al conjunto del comercio minorista.

Los problemas de comercio electrónico y administración fueron resueltos por Circuit City y Linens ‘n Things y pusieron contra las cuerdas a Sears y Toys R Us. La mayor cadena de vestidos de novia, David’s Bridal, se declaró en bancarrota la semana pasada, aunque sigue operando.

Bed, Bath & Beyond ha trabajado en un nuevo plan que implica la venta de 150 inquilinos y el coste del 20% de la planta. Luego se detectó la incertidumbre para continuar como empresa en funcionamiento ya principios de este año se reconoció que había dejado de cumplir sus obligaciones financieras. Su crisis quedó trágicamente marcada el año pasado por el suicidio de su director financiero. En los últimos meses, había tratado de esquivar la suspensión de pagos con un acuerdo con un fondo y con la emisión de nuevas acciones que ha ido colocando progresivamente en Bolsa.

Ninguno de esos intentos ha tenido éxito. Había entrado en un círculo vicioso. Las entidades no le dieron crédito, algunos proveedores requerían el pago adelantado y eso ha ido llevando a que la empresa tenía menos mercancía de las apropiadas. El desplome de las ventas impide generar caja y hacer frente a las obligaciones financieras, eso genera más desconfianza y vuelta a empezar.

La empresa comenzó a incumplir sus obligaciones financieras el pasado 13 de enero. Recibí notificación de aceleración de deuda e interés de demora de JPMorgan Chase Bank, como agente bancario subcontratado de credito al productirse el impago. Eso requiere que el importe principal de todos los préstamos pendientes en virtud de las líneas de crédito, junto con los intereses devengados sobre los mismos, otras primas y obligaciones sean exigibles y pagaderos inmediatamente.

La compañía recibió una propuesta de rescate del fondo de alto riesgo Hudson Bay Capital Management que supuestamente la iba a facilitar financiación por un máximo de 1.000 millones, pero el acuerdo no llegó a hacerse efectivo al incumplir algunas de las condiciones. La última huida hacia adelante de la empresa ha consistido en ir colocando acciones de nueva emisión en el mercado. Era una apuesta de alto riesgo para los suscriptores, pues de no ampliar lo suficiente el capital lo predecible era la bancarrota y que los títulos perdieran casi todo su valor. La cotización ha desplomado un 98% el último año, hasta 29 centavos por acción.

[Noticia de última hora. Habrá actualización en breve]

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