Gobernado con mano de hierro por el presidente Yoweri Kaguta Museveni durante treinta y seis años, Uganda, un pequeño país de África Central, nunca ha sido muy democrático: el régimen es acusado regularmente de relleno electoral, corrupción y secuestro de sus opositores políticos. En 2014, el Presidente recibió una nueva herramienta para reforzar su aparato represivo: 20 cámaras de vigilancia dotadas de tecnologías de reconocimiento facial por valor de 750.000 dólares (702.000 euros), todas ofrecidas por la empresa china Huawei, líder mundial en equipos de telecomunicaciones y fabricante de herramientas de vigilancia.
El presidente organizó una ceremonia para premiar a la empresa, en presencia de funcionarios chinos. El regalo fue una muestra comercial: convencidas, las autoridades ugandesas ordenaron rápidamente más cámaras Huawei, que ya han abastecido al país con su red de telecomunicaciones.
Hoy, las cámaras de Huawei están presentes en todas las ciudades del país, y en todas las calles de la capital, Kampala. “La policía instaló cámaras frente a las casas de todos los políticos de la oposición y de todas las asociaciones. Hay uno frente a nuestra oficina, testifica Allan Sempala Kigozi, abogado y director de programas de Unwanted Witness, una asociación ugandesa que defiende el derecho a la privacidad y hace campaña contra la censura en Internet. Saben cuando sales de tu casa, cuando regresas. Es difícil movilizarse en estas condiciones. »
De acuerdo a una investigación de el periodico de Wall StreetLos ingenieros de Huawei incluso ayudaron a los servicios de seguridad de Uganda a dividirse en un grupo en el mensajero de WhatsApp utilizado por Bobi Wine, cantante y principal oponente político del presidente. Gracias a este dispositivo de vigilancia, la policía de Uganda se ha vuelto más eficaz a la hora de prevenir mítines y arrestar a los simpatizantes del artista. “Los ugandeses no se sienten más seguros. Es incluso lo contrario. Tienen más miedo que antes”continúa el Sr. Kigozi.
Reconocimiento étnico
Huawei es solo uno de los muchos actores chinos en la industria de la videovigilancia. Desde hace quince años, las empresas chinas dominan este mercado: Hikvision, líder mundial, es una filial de la empresa estatal CETC, con sede en Hangzhou, una metrópolis al oeste de Shanghái donde también tiene su sede el gigante tecnológico Alibaba. Con una facturación que supera los 10 mil millones de dólares en 2021, la empresa domina en gran medida el mercado.
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