LEl 13 de enero, Miley Cyrus lanza el clip de su nueva canción, Flores, sobre su decepción en el amor. Puede que Miley se haya separado, pero se ve mucho mejor que antes, con su brillante vestido dorado. Luego, los usuarios de Internet pusieron en línea cientos de montajes para celebrar el «resplandor» de la estrella de Disney. ¿El resplandor? Un aumento en el rango de uno mismo. Las fotos de antes y después de ella abundan en todas partes. En una publicación, vemos a la jovencísima Miley, en el clip de 2013 de Bola de demolición, dile a su futuro esposo -ahora su ex- «Voy a quererte siempre». Y justo después, Miley, de 30 años, ahora divorciada, canta una oda a la soltería y al amor propio.. La secuencia ya es de culto.

La expresión es una contracción de brillo («brillar») y crecer (“crecer”), que podría traducirse como “mejorar”, “volverse más bello”. Se ha convertido en un verbo, incluso en un mandato: “Cómo iluminar en 10 pasos”. En 2014, el #gloupchallenge (sin w) explotó en las redes sociales, con fotos que mostraban la evolución de personalidades, como Kylie Jenner, la media hermana de Kim Kardashian, potenciada con cirugía estética. Los jóvenes publican un montaje de fotos de ellos cuando se sentían mal consigo mismos, a menudo de adolescentes, y una foto reciente, prueba de su metamorfosis.

Haciéndonos crecer «Oh» de satisfacción, estos contenidos guionizados, símbolos íntimos de éxito, combinan un supuesto estado psicológico y una validación visual. Mejora, hay que verlo. Un poco como en los espectáculos de decoración, coaching de vestuario, remodelación de casas donde, con chispeantes efectos de fuerza, la transformación radical parece ser el resultado conjunto de una voluntad obstinada y un movimiento de varita mágica.

Visión cada vez más calibrada

Como era de esperar, el resplandor de las personalidades que recurren a una operación de cirugía estética se está multiplicando. Según el artículo R. 4127-19 del código de salud pública, en Francia, a los cirujanos no se les permite publicitar su profesión… pero los clientes lo hacen por ellos compartiendo impresionantes fotos de antes y después.

Estos contenidos proliferan, porque persisten en inspirar. ¿Quién no soñaría con ser la mejor versión de sí mismo? Hacer deporte, comer sano, tener los glúteos de Jennifer Lopez… La lista nunca termina, con una visión cada vez más calibrada de la mujer. Pero los hombres no se quedan fuera. «Lo siento, pero no eres mi tipo», leemos en varias publicaciones de TikTok, con una foto de «antes» de una niña preadolescente con piel propensa al acné y cara regordeta. Luego viene el «después» del efebo: la tez se vuelve radiante, vestida de punta en blanco, sublimada por un filtro. Un claroscuro cuyas redes abundan. En TikTok, el hashtag #glowup tiene más de 75 mil millones de visitas.

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