El presidente de la Confederación Española del Comercio (CEC), Rafael Torres, pronosticó que en esta campaña de Navidad el sector «probablemente» acabe «mejor» que el año pasado y aunque no se llegue al nivel de la última, antes de la pandemia , en 2019, espero quedarse «cerca». Así lo indicó en declaraciones a Servimedia el responsable de la patronal del comercio minorista, que representa a más de 430.000 comerciantes de todo el país, acerca de las perspectivas del sector para esta campaña de Navidad.

Torres explica que este pequeño comercio está percibiendo una campaña «mayor de lo esperado» en el que, a pesar de que las perspectivas para 2023 «no son muy halagüeñas», los clientes están haciendo un «esfuerzo de gasto temporal» por las circunstancias navideñas . Además, apuntó que está ayudando, entre otros elementos, el tiempo: aunque ha tardado en hacer frío, el textil ahora «se está moviendo bien».

Para escuchar el pronóstico de comparación respecto al año pasado, el presidente de la CEC registró que la campaña de 2021 fue «buena» hasta la mitad del mes de diciembre por la irrupción de ola de la variante ómicron, tras la cual «se suspendieron muchas compras familiares», dejando una segunda quincena de diciembre y un enero «duros», en los que «la inflación comenzaba a despuntar».

No obstante, a pesar de esta posible mejoría, Torres apuntó que su pronóstico para 2022 era acabar por debajo de las ventas de 2021 porque el año «no ha sido fácil» y lamentó del escaso crecimiento que le espera a la economía española el año que viene, en el que está «todo más caro y hay menos capacidad de compra». Lo que comienza el año recien estrenado, dice, dependá de «cómo se vayan moderando» los precios y de posibles «sorpresas» que puedan ocurrir, ya sean sanitarias, el comportamiento de China o la guerra de Ucrania. “Si no puedes contener la inflación, perderás las esperanzas, tendrás más capacidad de compra y comerás más en el bol, estarás mejor”.

Luces de los escaparates

En el mes de noviembre, el sector reclamó de cara a la Navidad de dotar de «flexibilidad razonable» a la hora límite de apagado de los escaparates más allá de las diez de la noche qu’approbó el Gobierno en el mes de agosto para fomentar el ahorro enérgico. Torres lamentó que la respuesta del Ejecutivo fuera negativa, influida por la imagen de irresponsabilidad que podría trasladar a Bruselas.

Para el comercio, esta flexibilidad hubiera sido un «gesto» de un Gobierno que «entiende» al sector «en un momento tan delicado e importante» en el que muchos se juegan «entre el 30% y el 35% de su cifra de negocio Aunque reconoció que es «imposible» cuantificar el impacto del apagado de escaparates, dijo que es una cuestión «psicológica» en un período en el que hay «más movimiento por las calles» hasta «más tarde lo normal» respecto al resto del año .Además, critica que «no tiene sentido» que mientras los Ayuntamientos mantuvieran las luces navideñas encendidas hasta pasada la medianoche, los escaparates se apaguen a las 22.00 horas. «Si estamos en clave ahorro, estamos todos», se quejó.

Torres insistió en que los escaparates «tienen una función» ya que generan «efecto de llamada de atención sobre el consumidor» y su intención era rebajar el control del Gobierno solo durante las 5 semanas de campaña. “No va a solucionar la vida a nadie, pero dota de más armas”, indicó.

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