La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, la semana pasada en Sevilla.Francisco J. Olmo (Europa Press)

El Gobierno quiere acabar cuanto antes con la polémica de los 31 trenes encargados por Renfe en 2021 para Cantabria y Asturias que, debido a un error normativo, se descubrió que no cabían por los túneles. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha aprobado una orden, publicada este sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), para concretar el estándar que permitirá la aplicación de la metodología comparativa en el diseño y fabricación de los nuevos árboles de ancho métrico para las redes de Cercanías de ambas comunidades.

Este método comparativo consiste simplemente en diseñar la sección de los nuevos trenes a partir de las medidas de los modelos que actualmente circulan por la roja, de manera que no haya posibilidad de error, y se reduzca la demora de la fabricación de los nuevos convoyes lo máximo posible. La medida ha sido anunciada por el ministerio para paliar el vacío normativo que motivó el error, pero ha sido aprobada en tiempo récord ante el debate público que ha suscitado el contrato fallido en ambas comunidades y las quejas de los Gobiernos regionales.

Con la publicación de la nueva norma, el departamento que dirige Raquel Sánchez quiere zanjar el lío normativo que propició el fiasco con la esperanza de que la investigación sea concluida y liberada de responsabilidades. Sí que, hasta el momento, no existía una norma clara para detallar las medidas de los trenes en las vías de los antiguos Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (Feve). Tampoco la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF), dependiente del Ministerio de Transportes, en la llamada Instrucción de Gálibos de 2015 (orden FOM/1630/2015), en la que se supone que debería describir el estado de los túneles de toda la roja, incluida la de ancho métrico; ni Adif, que debe publicar cada año la llamada Declaración de Red informando del estado de la infraestructura ferroviaria; ni Renfe en la licitación de los trenes que adjudicó a CAF recogían las medidas reales de los trenes.

Con la norma aprobada este sábado, se subsana ese error, justo en vísperas de la reunión que se mantendrán el próximo lunes la ministra Sánchez con los presidentes de Cantabria y Asturias, Miguel Ángel Revilla y Adrián Barbón, respectivamente.

Transportes ha insistido en que «no se ha fabricado ningún tren, puesto que las incongruencias se detectan en las primeras fases el diseño de las nuevas unidades» y en que «no se ha malgastado ningún euro de los españoles». Una afirmación de que choca con la percepción del sector, que estima que el adjudicatario del contrato —en este caso la empresa vasca CAF— requerirá una indemnización por el rediseño de los trenes que Renfe adjudicó en 2020 por 190 millones de euros (258 si se incluye el mantenimiento y otros seis trenes adicionales de Cercanías) para operar principalmente en las líneas de Asturias y Cantabria.

El error, independientemente del organismo responsable del resultado (el ministerio, Renfe o Adif) hará que la entrega de los trenes nuevos demore dos años, de 2024 a 2026.

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