Es una foto como un trofeo, una instantánea que miran los diputados del Rally Nacional (RN) cuando la moral decae. Sébastien Chenu lo recibió «cientos de veces» por parte de los militantes, que, como él, ven en ello un anticipo de la toma del poder. En la imagen, la diputada (RN) del Norte, vicepresidenta de la Asamblea Nacional, observa a Marine Le Pen, quien habla en el podio.

Es lunes 10 de octubre de 2022, la finalista de las elecciones presidenciales expone la posición de su grupo sobre el proyecto de ley de finanzas, y Sébastien Chenu acaba de reemplazar al diputado Renaissance (el nuevo nombre de La République en Marche) Yaël Braun-Pivet, presidente de la Asamblea Nacional, para encabezar la reunión. El líder en el podio, segundo hijo en la percha. El símbolo majestuoso de la institucionalización expresa del partido de ultraderecha. Sébastien Chenu no puede contener una pequeña sonrisa de satisfacción cuando concluye el discurso de Marine Le Pen con una nota muy solemne: “Gracias, señora presidenta. »

Para la RN, la Asamblea Nacional ya no es un quehacer y no sólo una cámara del Parlamento: es, desde hace seis meses, su trampolín hacia el poder, un centro de formación, un campo de pruebas para preparar «alternancia» en 2027, cuando Emmanuel Macron tendrá que abandonar el Elíseo. El elemento cardinal de la última fase de la normalización del partido, la que, según RN, permitirá a Marine Le Pen superar el 50% de los votos para su cuarto intento de elección presidencial.

El resto del Hemiciclo ya está preocupado por eso: la estrategia de RN en una Asamblea sin mayoría absoluta es por ahora endiabladamente efectiva. «Son inteligentes, admite el diputado (Les Républicains, LR) del Territorio de Belfort, Ian Boucard. Hacen un comienzo perfecto para un grupo supuestamente inexperto. »

La clase política esperaba que el bajo nivel general de los 89 diputados de RN, en su mayoría novatos, los empujara a todos los escollos de la vida parlamentaria y mediática, y recordara el carácter xenófobo del lepenismo. Pero tras seis meses de legislatura, todo el mundo está obligado a reconocerlo: si hubiera una disolución, “el gran triunfador sería el Rally Nacional”.

“Mantente bien. No tomes el melón…”

Lunes 20 de junio de 2022, a pocas horas de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, en la sede de la RN, en el 16mi distrito de París, sigue dominando la incredulidad. ¿Quién, aparte de unos cuantos optimistas empedernidos, podría creer que el partido de ultraderecha ganaría 89 distritos electorales, dos meses después del bofetón recibido en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales?

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