Facilitar la continuidad de la lactancia materna de los bebés, cuyas madres se han decantado por esta opción, cuando no es posible dar la teta en exclusiva. Este es el objetivo con el que en 2018 tres socios se pusieron en marcha Happymami, cuyos biberones personalizados para adaptarse a las características del pecho de las madres llegaron al mercado enero de 2021. «Happymami nace de uno de los socios, que es matrón y experta en lactancia materna, que detecta la necesidad qu’había de crear un biberón que no interfiriera luego en la lactancia de los bebés», dice por teléfono Alberto Fernández, cofundador y consejero delegado. Las tetinas genéricas que no se asemejan a la anatomía de la madre, cuenta, pueden causar no solo rechazo, sino confusion entre la tetina y el pezón que puede déembocar en la pérdida de la lactancia y la imposibilidad de alternar pecho y biberón.

Para ello la marca ofrece diferentes combinaciones teniendo en cuenta, por ejemplo, la forma y tamaño de las mamas, del pezón y el flujo de leche. «Los datos nos dicen que cada vez se está reduciendo la tasa de madres que dan lactancia materna», narrata este jienense de 29 años. «Pero tenemos que ir un poco más allá y oído la realidad, porque existe una infinidad de motivos que impiden continuar con ella o por los que necesitan combinarla con un biberón, ya sea la vuelta al trabajo, por grietas o millas de factores». Los tres años entre la concepción de la idea y el inicio de la comercialización, dados, fueron difíciles. “Fue un trabajo un poco más en casa, podemos decir, de analizar a las clientas, el mercado, de crear ese producto nuevo…, y fueron tres años un poco más complejos”. Ninguno de los involucrados tenía formación de negocios como tal, lo que requirió de un aprendizaje por su parte para traducir su propuesta en una empresa, cuenta Fernández, que estaba terminando sus estudios de Ingeniería en Organización Industrial cuando comenzó el proyecto.

Aunque los fundadores son la cara visible de la marca, detrás hay muchas matronas, pediatras y madres: “Que son verdaderamente las que conocen las necesidades, cómo darles soluciones reales y que son las que lideran este movimiento de Happymami. Y nuestra parte como ingenieros y de negocio es llevar a cabo esa idea a la realidad”.

El principal canal de venta de la compañía —con una planta de ocho personas, una facturación de al menos 250.000 euros y en un punto de equilibrio financiero— es online, a través de su página web. «Y luego se está abriendo también el canal B2B, a través de farmacias y tiendas de puericultura», comenta. Sus biberones se comercializan en toda España y ya trabajan en la internacionalización de la marca. El futuro de Happymami pasa, cuenta el consejero delegado, por apostar por el crecimiento y una mentalidad innovadora. “Y no pensar solo en sacar productos por vender, sino en soluciones para ayudar a las madres”, asegura.

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