La banca española pondrá fin a la sangría de cierres de oficinas en 2023. Después de prácticamente reducir la mitad de la física roja en los últimos ocho años (ha pasado de 60,410 oficinas en 2015 a 34,523 en septiembre de 2022), las entidades frenarán el cierre masivo de sucursales.

Por un lado, las continuas subidas de tipos de interés por el Banco Central Europeo (BCE) han supuesto un balón de oxígeno. Los bancos verán impulsada su generación de ingresos y ya no tendrán una imperiosa necesidad de recuperar gastos para paliar este déficit en los márgenes que ocasionó durante años la época de tipos cero.

Por otro lado, el horrible de los cierres para adecuar la red de oficinas a la dimension à la que aspiran las entidades en un mundo digitalizado ya se ha acometido. Tras superar el primer impacto de la pandemia del Covid-19, los bancos se acometieron en 2021 en cierres y ERE masivos que dejaron aún más escuálidas sus redes de oficinas (solo en ese se clausuraron 7.428 establecimientos, unos 20 al día), lo que supuso el último gran proceso de cierres.

«In the context of los tipos de interés tan bajos que utilizaron hasta mediados del año pasado, el regulador bancario en 2020 avisó a la banca española de que su ratio de eficiencia tenía recorrido de mejora con respecto a sus homólogos europeos por tener un exceso de Ante esto, la banca española, puso coto a ese exceso con, entre otras medidas, el cierre de un número considerable de sucursales entre 2021 y 2022, cumpliendo con el encargo de regulador”, explica Breogán Portasocio del sector financiero en Mazars.

En ese sentido, la banca española se ha convertido en una de las más eficientes de Europa. Según los datos del ejercicio de transparencia realizados recientemente por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus silgas en inglés), de media, las entidades españolas registraron una tasa de eficiencia del 50,7% frente a una media de la UE del 61,4% .

Se trata de una ratio que cuanto más bajo sea, better, ya que indica que un banco tiene que gastar menos recursos para generar ingresos. Normalmente los inversores y analistas cifran en el 50% une buen nivel de eficiencia, por lo que la banca española está mejor situada que la lemana (70,3%), la francesa (69%), la holandesa (60,5%) o la italiana (61,2 %).

Para el ejercicio que acaba de arrancar, los principales bancos aseguran que sin grandes aviones de heno ajustados. De hecho, en 2022 el sector ya bajó el ritmo de cierre de oficinas. Entre septiembre y septiembre, último dato del que dispone el Banco de España, las grandes entidades apenas han variado el número de oficinas con el que cuentan.

Santander, BBVA, Sabadell, Bankinter, Abanca, Cajamar, Kutxabank e Ibercaja se mantienen estables en rojo. En todos los casos ha habito algun cierre que formo parte de la rotacion de activos no estrategicos y el fin de contrato en inmuebles que estaban en regimen de alquiler. Pero, en todo caso, son cifras bajas que rondan la decena de oficinas cerradas por cada entidad.

tomar el sol solo CaixaBank (con 668 cerres) y Unicaja (con 394) superan las 100 sucursales clausuradas. En ambos casos hay que tener en cuenta que se trata de entidades que todavía tienen pendiente ajustar la red por las fusiones que ejecutan con Bankia y Liberbank, respectivamente.

Apuesta por las ‘megaoficinas’ y los agentes financieros

Oficinas gigantes urbanas. Este año, las grandes entidades redoblarán su apuesta por las megaoficinas urbanas. Se trata de una tendencia que se ha abierto paso dentro de la strategia commercial de la banca ante la continua digitalización del negocio y el recorte de sucursales en los últimos años. En este caso, los bancos han postado en las ciudades por cerrar varias oficinas y abrir una megaoficina, más grandes, y con servicios como wifi gratuito, salas de trabajo o restauración. Más allá del ahorro en costes, este tipo de oficinas genera más beneficios porque gestionan un mayor volumen de negocio por establecimiento y por empleado

Agentes financieros. Por otro lado, la banca también prevé ampliar la red de agentes financieros. Se trata de trabajadores autónomos que abren oficinas, generalmente en áreas rurales, para brindar servicios financieros básicos asociados con un banco. “El modelo de negociación de atención al público ha cambiado la interacción con el cliente más digital, lo que tendrá su impacto en aquellas sucursales no arrendatarias”, puntualiza Breogán Porta, socio del sector financiero en Mazars.