Cada año, el comercialización, y en particular la venta de camisetas de los equipos de fútbol, ​​genera importantes ganancias para los clubes. Entre diciembre de 2021 y mayo de 2022, el Bayern de Múnich fue el equipo que más camisetas vendió, un total de 3.250.000, seguido muy de cerca por el Real Madrid, que sumó 3.050.000 elásticas en este periodo, según un estudio de Marketing Deportivo Euromericas.

Se trata de un negocio muy loable y que no para de crecer. Según Gerardo Molina, presidente de Euromericas Sport Marketing, la venta de las elásticas deportivas de los clubes de fútbol en el periodo 2021-2022 ha aumentado un 34% con respecto al año 2020 y se calcula que para 2023 aumentará un 35% . Contar con estas cifras tan atractivas también conlleva que se un sector que tenga que lidiar con la comercialización paralela de falsificaciones. Para hacer frente a esta gran problemática respecto a las imitaciones ilegales y su venta, los abogados recomiendan proteger cuantos más elementos de las camisetas best: desde el escudo hasta el propio diseño, pretendido como la apariencia total o parcial del producto. A pesar de ello, registrar los diseñadores de las camisetas de los equipos de fútbol no es una práctica muy extendida, con algunas excepciones como el Liverpool, que sí tiene protegido el diseñador de su camiseta oficial a nivel comunitario. El motivo principal para no hacerlo es el corto comercial ciclo de la mayoría de ellas, que se renuevan cada temporada.

Sin embargo, sí puede resultar muy útil para aquellas que son conmemorativas, comme la que va a presentar el próximo 26 de abril el Atlético de Madrid por su 120º aniversario. “En mi opinión, se recomienda un disco de este tipo como una camiseta de especial repercusión comercial y que se puede mantener un vídeo comercial a medio o largo plazo”, afirma Óscar García, socio de Balder. El abogado sostiene que, si el club quiere actuar frente a imitaciones y no solo contra las copias exactas, debería registrar el diseño, lo que, además, le permitiría prolongar ese amparo hasta 25 años.

En la práctica, para evitar falsificaciones, advierte Pedro Saturio, socio asociado del área de patentes de Elzaburu, los clubes de fútbol protegen como marcan una serie de elementos que componen la camiseta y que contribuyen a diferenciarla de otras, a pesar de que pueden tener colores o formas de semillas. Entre estos componentes, como señala David Gómez, director social de Baylos, está el número del club y el escudo o los logos de la marca que patrocina la camiseta (como Nike o Adidas) y el mecenas (como Spotify o Emirates).

Asimismo, añade Carmen González, directora del área de marca y inteligencia de marca de Pons IP, en la Unión Europea existe la figura del «diseño no registrado» que permite gozar de protección desde el momento de su divulgación durante un periodo de tres años sin necesidad de hacer ningún trámite. Esta vía suele ser suficiente para las camisetas de los clubes que cambian cada temporada. Eso sí, un diseñador sin registrador único es capaz de imponerse con copias exactas e intencionales y sin frente a meras imitaciones.

Novedad y singularidad

En todo caso, la protección jurídica del diseñador registrado es, según González, pero clara y ampliada que la del no registrado. La abogada aconseja diseñar una estrategia de protección teniendo en consideración los 12 meses con los que se cuentan desde la primera divulgación del producto para decidir si se inscribe el diseñador ou si basta con la protección del diseñador no registrado. Además, agrega la experta, para poder registrar un diseño, la ley requiere que «sea nuevo y se diferencie de los diseños anteriores, que tenga carácter singular».

Así, como apunta Saturio, la protección registral puede ser especialmente recomendable “cuando el diseñador presente una especial originalidad en su decoración, con una característica distribución de colores y líneas o sellos originales, o bien cuando incluya algunos elementos con formas nuevas, como Puede ser un cuello característico». Un ejemplo de forma novelosa es la primera equipación del Atlético de Madrid de esta temporada, en la camiseta rojiblanca ha reemplazado sus tradicionales rayas rectas por curvas. Incluso cabe la posibilidad de los originales estampados se protegen con derechos de autor “Así se realizó con la polémica camiseta ketchup que lanzó el Athletic Club de Bilbao en 2004″, explica Saturio.

La novedad y la singularidad son requisitos difíciles de cumplir para una camiseta de un club que, normalmente, sigue una línea reconocida por los aficionados. «Para que un diseño otorgue exclusividad, es decir, que pueda defender que nadie haga nada igual o parecido, tiene que gozar de dos requisitos: novedad y singularidad; esto es, que el diseño producirá en los consumidores una impresión general distinta a la que haya producido cualquier otro diseño anterior”, explica Gómez.

Asimismo, García destaca que el coste del registro de un diseño para protegerlo a nivel comunitario es mínimo en relación con las ganancias que le porte à un club la venta de elásticas. «Normalmente no supera los 900 euros (tasas incluidas) y cubre un periodo inicial de 5 años, rénovables sucesivamente hasta un máximo de 25 años», apunta.

La opinión de los aficionados

Una de las novedades del plan de reforma del fútbol inglés es que permitirá a los aficionados tener voto sobre el diseño de la camiseta de su club. En opinión de Óscar García, socio de Balder, es previsible que persistan los seguidores de un equipo votan para que el diseñador de las elásticas, y en tal caso los diseñadores registrados tengan más importancia. Algo en lo que coincide Carmen González, directora del área de marca de PONS IP, quien considera que, si los diseñadores no cambian en el tiempo, su explotación comercial aumentará en el tiempo y, por tanto, la protección que otorga el diseñador no grabó se quedaría corta.

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