El 2022 no ha sido un buen año para los mercados, ni por extensión, para los inversores. Marcado por la inflación, sus causas y sus consecuencias, el mapa de las grandes bolsas mundiales se ha teñido de rojo. Con los precios disparados, los bancos centralese han acabado con la política del dinero gratis y se han lanzado a una carrera de subidas de tipos, frenando a una economía que parecía asomar la cabeza después de la pandemia del coronavirus y drenando dinero de los mercados. El índice MSCI World, que incluye los valores de 23 países, tiene un círculo del 20% este año. Las bolsas europeas y estadounidenses cierran un a nefasto, con el peor desempeño desde 2008, el año que estalló la crisis financiera con el icónico cataclismo de Lehman Brothers. La renta fija ha vivido uno de los peores años en lo que llevamos de siglo. El Ibex 35, el selectivo español de referencia, se ha comportado mejor que el resto de plazas europeas, aunque cierra el año con una pérdida del 5,56%. Lejos del -15.4% que perdió el primer año de la pandemia de coronavirus. El parqué madrileño ha evitado daños mayores por el peso de la banca en la economía española. “La gestión de las inversiones ha sido una de las más complicadas en los últimos 10 o 15 años”, apunta Nuria Álvarez, analista financiera del banco Renta4.

A nivel mundial, pocos son los supervivientes. En Estados Unidos, de los cuales la Fed ha presentado los tipos antes y con más fuerza que sus homólogos, todos los grandes índices cierran el año en números rojos: el Dow Jones cae un 9,1%; el S&P500 tocó techo en su primera sesión de 2022 y no se ha recuperado desde entonces. En este año ya es más del 19,9%. La peor parte le lleva el Nasdaq, el índice qu’agrupa a las empresas tecnológicas, que ha hundido más del 33,5%. En China, el Hanseng, la Bolsa de Shanghai tiene un 15,4%, tras un año marcado por la política de covid cero y los cuellos de botella en el gigante asiático.

En Europa, las caídas también han generalizado, sin precedentes desde 2008, —el Eurostoxx50, que reúne a las 50 principales empresas de la zona euro, pierde un 11,74% en el ejercicio — y, de hecho, alberga la única y sorpresiva excepción al rojo que tiñe el continente: el londinense FTSE100, tras un año de gran turbulencia en la economía británica, logra cerrar el ejercicio con ganancia (+0,91%), empujado por las petroleras y los bancos. En noviembre, London perdió su corona ante Paris como la mayor Bolsa europea. Los grands parqués del Viejo Continente tampoco han podido capear el temporal de tipos, inflación y crisis energética. La FTSMIB, de Milán, ya un 13,31%, y el índice de Frankfurt, el DAX alemán, pierde un 12,35%. El CAC40, el índice de referencia francés, cayó un -9,5%.

«Ha sido un año complicado en el que habito que adaptar las strategias de manera frecuente trimestral para sacarle partido a los mercados», apunta Joaquín Robles, analista de XTB. Para el analista financiero Juan Ignacio Crespo, el cataclismo es mayor: «Es el año en el que estallaron todas las burbujas», sentencia. El año desastroso de las tecnológicas o la caída de los criptoactivos son alguno de los ejemplos. “Las Bolsas estaban sufridas por ese tocado suelo en marzo de 2009. Desde entonces había sido una carrera con muy pocos sobresaltos, aparte de la crisis del coronavirus”, apunta el económico, que lamentaba: “Ha sido casi imposible ganar dinero”.

El Ibex salvado por los bancos

El Ibex, a pesar de haber dado un arreón del último trimestre, también cierra en pérdidas este Año horrible. El selectivo español cierra la última sesión del an en números rojos: -1.07%. Aunque generalmente ofrecen menos rendimiento que sus pares europeos, el selectivo español ha cerrado el año minimizando pérdidas y algo mejor que el resto de plazas. Tira un 5,56% en 2022 sobre 8.229,1 puntos. Aunque, por una vez, se comportó mejor que la mayoría de los otros grands parqués europeos. La explicación es, fundamentalmente, el gran peso del banco en el índice: las subidas de tipos por parte del Banco Central Europeo suponen mayor rentabilidad para los préstamos concedidos por el sector financiero.

Un vistazo a la tabla de valores que componen el selectivo español puede resumir bien lo que ha sido el año en la Bolsa, y cómo la inflación, con sus causas y consecuencias, ha condicionado el ejercicio. Los ganadores han sido los bancos: CaixaBank (52,11%) y Sabadell (48,83%) revalorizados un 50%. Para el Sabadell, además, se trata del segundo año consecutivo en la cumbre (in 2021 ya fue el banco que más se revalorizó) tras una situación crítica en la que estuvo muy cerca de pasar a manos del BBVA. En este caso concreto de pérdidas que más suben en el año es cuela Repsol (+42,3%), sus márgenes han desaparecido con el repunte de los precios de la energía. Otros valores como Bankinter (39,01%); Logista (34,63%) o Unicaja (18,64%) son los grandes ganadores del año en el principal índice español.

Sin embargo, la exuberancia bursátil de las entidades financieras no llega de la misma forma a los dos gigantes del sector, el Santander y el BBVA, porque el peso del negocio doméstico es mucho menor en su cuenta de resultados, que depende más de lo que se da en países emergentes de Brasil, México o Turquía. Otros valores que han tenido un peor desempeño en el ejecicio son Fluidrá (-58,75%); Rovi (-51,14%); Cellnex (39,49%) y Grifols (-36,18%)

En el otro lado de la moneda, apunta Álvarez, están empresas que tienen mucha deuda. La subida de errores tipográficos afecta especialmente a estos valores, que tendrán que pagar mayores intereses. “Cellnex es un buen ejemplo de las fluctuaciones del año”, señala el analista de Renta4. La empresa acaba de crear más del 100% en 2021, pero tras varias ampliaciones de capital, las subidas de tipos le perjucan.

divisiones

En el mercado de divisas, el ganador indiscutible es el dólar. Todas las monedas se deprecian frente al billete verde, con tres excepciones: el rublo ruso, el peso mexicano y el real brasileño. El euro se depreció ante la división estadounidense en torno al 6%, y perdió paridad en varias ocasiones. El dólar se paga, un 30 de diciembre, a 0,94 euros.

La explicación a la prevalencia del dólar está, como no podía ser de otra forma este año, íntimamente ligada con la inflación. Las subidas más fuertes y tempranas de tips por parte de la Fed hicieron más atractivo el billete verde. Además, la gran mayoría de los contratos energéticos son pagan en dólares, lo que lo ha empujado hacia arriba —y, de paso, ha aumentado la inflación en Europa—. Es precisamente esto lo que ha mantenido al rublo frente a la moneda del norte, pues Rusia sigue exportando energía a cambio de su moneda.

Renta fija y cruda

En el mercado de deuda, el bono español acaba el año con una rentabilidad del 3,65%. Esto es más de un 500% de lo que España pagó por financiarse hace un año. La prima de riesgo también ha siete, aunque de forma moderada, estaba ahí en 107 puntos. Desde el Instituto Español de Analistas apuntan que el 2022 es el «peor año en renta fija de lo que llevamos de siglo y habría que remontarse hasta los años 92-94 del siglo anterior para ver caídas de precio tan relevante como las que hemos visto ahora ”.

Sin embargo, para el 2023 las perspectivas cambian: una avalancha de informe de bancos, como BBVA o Morgan Stanley, recomendamos invertir el año que viene en renta fija, un mercado que en los últimos años ha sido residual. “Nosotros destacamos la deuda pública norteamericana porque pensamos que EE UU está más cerca del fin de las subidas de typos de interés“, apunta Robles desde XTB.

Ha sido un año de grandes fluctuaciones para las materias primas, especialmente en energía. El gas a sido la estrella. Además del máximo del 31 de agosto, el megavatio hora costará 211 euros, incluidas las pólizas vigentes y la generación de renovables, con un precio ha bajado más de un 70% desde entonces. El crudo, por su parte, ha ido dando bandazos, y va a acabar el año relativamente barato. El barril de Brent, el de referencia en Europa, rompió en 83 dólares. El WTI, indicador crudo en EE UU, tiene un precio de 78 dólares. La semana pasada, Goldman Sachs rebajó sus previsiones de precios del petróleo para el 2023, y prevé un superávit del mercado a principios del año.

Hay dos términos a los que recurren una y otra vez los analistas de cara al año que entra: volatilidad e incertidumbre. Juan Ignacio Crespo crea que las Bolsas tocarán suelo a primavera o principios de verano finales: «El mejor refugio es estar en un depósito bancario aunque sea mínimamente remunerado, letras del tesoro para poder coger tipos más altos dentro de un año, ya finales de primavera y comienzos del verano salir a comprar bolsa”.

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