Rocío es dentista. Durante 2020 trabajó en exclusiva para una de las grandes franquicias del sector, pero a ojos de Hacienda y de la Seguridad Social era autónoma. “Era muy frustrante. Si me ponía mala, no cobraba. Si no vino el paciente, tampoco. Y, por supuesto, no tenía vacaciones. Nunca intentí cómo era posible que toda la empresa funcionara con falsos autónomos y no pasara nada”, relató. The company calendarizaba las citas y le marcaba los horarios de entrada y de salida, mientras que ella utilizaba material de la empresa y desarrollaba la actividad en uno de sus locales. “Era falsa autonomía. Me compensó trabajar porque tenía la cuota reducida de autónomos (60 euros entonces), pero si hubiera tenido la completa (en torno a 300) no me merecía la pena trabajar”.

El Ministerio de Trabajo está empeñado en evitar que las empresas sigan utilizando esta figura irregular, la del falso autónomo, que ahorra costes laborales al trabajador y derece une menor protection al empleado. Además, el departamento que dirige Yolanda Díaz ha reforzado las actuaciones de Inspección en esta materia: según datos a los que han tenido acceso a EL PAÍS, en 2022 hubo 13.450 investigaciones, un 34% más que en 2021. Estas actuaciones significaron 27.183 infracciones y afloraron 38.779 empleos, un 313% más que el año anterior (cuando regularizaron unos 9.400 empleos). Con estas intervenciones también gana la Seguridad Social, ya que la importación de expedientes liquidatorios por cuotas ascendió a 256,5 millones de euros.

Inspección de Trabajo nunca había aflorado tanto empleo como en 2022, según fuentes del ministerio. Es un alza considerable respecto años anteriores y exponencial en comparación con el periodo de Mariano Rajoy en el Ejecutivo: Inspección mejoró la situación par 1.574 falsos autonomos en 2015, 1.103 en 2016 y 1.845 en 2017. La situación cambió con la moción de censura: en 2019 fueron 22.383, un registro solo superado por los 38.779 de 2022. En 2020 y 2021, los peores años de la pandemia, la cifra rondó los 9.500 empleos aflorados.

Un falso autónomo es un trabajador dado de alta por cuenta ajena que, en realidad, desempeña sus funciones en condiciones parecidas a las de un asalariado. «No hay que confundirlo con el autónomo económicamente dependiente, que también trabaja casi en exclusiva para una única empresa, pero lo hace con mecanismos de producción propios, con independencia horaria y que no recibe órdenes directas sober cómo desempeñar su trabajo”, explica Eduardo Abad, presidente del Sindicato de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). “Hay muchas personas dadas de alta como autónomas”, continúa, “para las que su día a día no es ese. de la empresa que les emplea…”.

«El problema es que el trabajo autónomo es muy barato. Lo es en términos de cotizaciones, no hay derecho de sindicación, ni de vacaciones, ni de huelga. Así, las empresas instrumentalizan la figura del autónomo y la usan de una forma desviada respecto a lo que está pensada. Es una manera de que parte del riesgo empresarial no recaiga en la compañía, de externalizar los costos”, dice María José Landaburu, Secretaria General de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE).

El sector en el que Inspección de Trabajo ha conseguido destapar más falsos autónomos es el del transporte y el almacenamiento. 40.793 de 80.468 empleados aflorados desde 2019 (el 50,7%) corresponden a esta actividad. «Sin ninguna duda, es donde detectamos más irregulidades», coincide Abad. Para atajar esa problemática, el Gobierno aprobó la saltador ley, que obliga a las plataformas digitales a regularizar a sus repartidores. Pese a que la norma entró en vigor hace más de un año, las compañías como Glovo siguen recurriendo a la figura del falso autónomo. De esta manera, niegan la relación laboral con el trabajador, en favor de la que han pronunciado los tribunales en múltiples ocasiones. Ante estos incumplimientos, el Ejecutivo ha reformado el Código Penal para castigar con penas de prisión de hasta seis años la «contratación bajo fórmulas ajenas al contrato de trabajo» de manera reiterada.

ocupaciones calificadas

«También hay muchos falsos autónomos en profesiones cualificadas, especialmente en las ramas médicas, las de justicia y las de la comunicación», añade Abad, muy crítica con algunos medios de comunicación que operan «casi al completo» con falsos autónomos. Landaburu asegura que el fenómeno comenzó precisamente en ese tipo de actividades de alta cualificación. “En una primera etapa se utilizó en profesiones que se consideraban liberales, como grandes consultoras o macroclínicas de dentalas. La realidad es que esos empleados no son autónomos, ya que trabajan de sol a sol para una misma empresa”, añade Landaburu. UPTA calculó que hay en torno tiene 300.000 falsos autónomos en España, repartidos en todo tipo de sectores.

Más allá del transporte y el almacenamiento, la otra mitad de falsos autónomos aflorados se distribuye en varias ramas de actividad: el 12,8% en comercio al por mayor y al por menor y reparación de vehículos; y el 10,9% en actividades administrativas y servicios auxiliares; el 6,7% en manufactura industrial; el 5,2% en información y comunicaciones; el 3,2% en educación; y 3,1% en actividades sanitarias y servicios sociales; y 2,2% en construcción. Estos porcentajes cruzan los datos respecto al total de falsos autónomos destapados por Inspección, pero otra tasa interesante a conocer es cuánto empleo aflorado se da en cada sector respecto al total de trabajadores de esa actividad. Es una manera de aproximarse al peso que el fenómeno significa en cada rama. Con esta variable, la tasa más alta es la de las actividades administrativas, seguida de transportes y almacenamiento, y la información y las comunicaciones en tercer lugar.

Carlos (número ficticio) es un tatuador en su situación. “Hay muchos que están contentos como falsos autónomos porque, al ir a comisión, puedes ganar más de lo que ingresarías con nomina. Pero también tiene una parte muy mala, que es la mierda de pensión que se va a quedar, no tener vacaciones o tener que trabajar aunque estés malísimo. Si me parto un brazo no sé qué haría con mi vida durante ese tiempo”, comentó. Rocío abunda en la misma idea: «Para los dentistas que facturaron 5.000 euros al mes está muy bien, pero si no estás en esas cifras o si los tratamientos que haces son baratos, la situación es muy diferente». «Para mí sería perfecto tener mi propio estudio, pero trabajando para otro lo ideal sería estar contratado para estar más protegido», finaliza Carlos.

El presidente de UPTA escucha a los falsos autónomos que no denuncian su situación: «Ante la posibilidad de quedarte sin ningún tipo de salario, quien pierde y quien tiene el yugo encima es el trabajador». El miedo a quedar señalado si tus quejas son una constante. Así, los dos empleados que dan su testimonio prefieren no precisar su nombre real o al menos no revelar sus apellidos. Ante una posible desvinculación a posterioriAbad destaca que cuando sejudicizan estos casos los tribunales «casi siempre» dan la razón al trabajador, reconociendo la laboralidad de la relación, mejorando la cotización y decretando el pago de las indemnizaciones que no han sido abonadas.

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