Del asfalto a las tierras de cultivo. Los grandes inversores han puesto sus ojos en el campo español, un activo alternativo al tradicional ladrillo que ofrece una alta rentabilidad con relación al riesgo, permite la diversificación de las carteras, es un Paraguay contra la inflación y está alejado de los sobresaltos de los mercados financieros .

Buscar refugio en el campo es una tendencia mundial que ha calado incluso en las grandes fortunas. Bill Gates, fundador de Microsoft, se ha convertido en el hombre que más niveles de cultura levanta en Estados Unidos con más de 100.000 hectáreas, según el portal El informe de la tierra. En los últimos 15 años, los activos rústicos han colocado en el radar de los inversores. “A nivel mundial se ha multiplicado por 15 el número de fondos que invitan en la compra de suelo agrícola”, según la consultora CBRE y Valoral Advisors. Hasta el primer trimestre del año sumaban 200 fondos.

En España, el traspaso de tiers de manos de los agricultores — ahogados por los elevadoscosts de producción, la falta de rentabilidad y la ausencia de relevo generacional — a los fondos está provocando cambios en la configuración del campo. Hay menos explotaciones agrarias, pero son cada vez más grandes, menos familiares y con mayor protagonismo de la tecnología. “En los últimos cinco años han llegado empresarios de otros sectores, como el inmobiliario o la Bolsa, así como fondos de inversión que han relegado al agricultor tradicional a algo residual”, indicó un tasador. La prueba es que el pasado año se cerró la compraventa de 160.398 fincas rústicas, el máximo desde 2007, de acuerdo con el INE. Hasta octubre van 131.749 operaciones de este tipo.

El desaforado apetito por invertir en suelo agrario se asienta en un hecho irrefutable. “Se trata de un activo real y simple basado en la tierra y el agua y que responde à algo tan básico y fundamental que la alimentación humana”, dice Héctor Rodríguez, director asociado de CBRE Agronegocios. Finalmente, se calcula que la producción de alimentos tenderá a aumentar entre un 60% y un 70% para permitir que los alimentos lleguen a la población mundial en 2050. Además, es un sector que tuvo la mayor parte de su resiliencia durante la Gran Recesión de 2008, la crisis sanitaria del covid o la invasión real de ucraniana.

Los fondos echan raíces en España es uno de los principales productores agroalimentarios de la Unión Europea y es el principal exportador de cuarto, sobre todo de cítricos, aceite de oliva y vino. Tiene como gran ventaja su capacidad para producir antes que los países del norte y el centro de Europa, lo que permite obtener precios superiores en pretemporada. En los últimos años, el sector agrícola español ha madurado lo suficiente como para convertidor en una oportunidad atractiva para inversores internacionales, que disponen de l’capital necesario para abordar la transformación quas explotaciones todavía requieren.

Los expertos insisten en que no hay muchos negocios que ofrezcan tanto. “No es habitual encontrar un sector que combine una sólida rentabilidad histórica al incrementar la tasa del 10%, buena visibilidad y recurrencia de los flujos efectivos a gran plazo, menor correlación con la mayoría de los demás activos, con una fuerte resistencia a la ciclos económicos y cobertura respecto a la inflación», recalca Rodríguez. Sin dejar de lado el atractivo de las ayudas públicas de la Política Agraria Común (PAC).

La tasadora Tinsa calculó que la rentabilidad media de los cultivos (excluidos impuestos y subvenciones) se convierte en una horquilla entre el 4% y el 11%, siendo las hortalizas el cultivo que ofrecen el mejor retorno, seguido de los cultivos de invernadero, los citricos y los frutales. Si piensas gestionar los tramos (ya sea directa oa través de un operador) el riesgo aumentará y la rentabilidad se moverá entre un 7% y un 8% anual. En cambio, los inversores inmobiliarios tradicionales no buscan exposición al riesgo. “Adquieren propiedades con el objetivo de alquilarlas a una arrendatario (arrendatario) que les ofrecemos seguridad y una rentabilidad fija. En este sentido las operaciones de venta de subarriendo de activos o carteras son las más comunes”, según CBRE. La rentabilidad en este caso es por encima del 5% anual.

Hay un factor determinante a la hora de invertir y es la seguridad en el abastecimiento de agua. “Las fincas de regadío han visto aumentar su valor en aquellas zonas donde las dotaciones de agua se han mantenido y las restricciones futuras no son un riesgo elevado”, sostiene Cristina Arias, directora del Servicio de Estudios de Tinsa. En España hay más de cuatro millones de hectáreas de terrenos de regadío. Además del río, las fincas más atractivas para los superinversores de las 200 hectáreas de superficie, sus llanas y por climatología es posible cultivar olivo, frutos secos, cítricos, frutas tropicales o vinedo. “Estas fincas pueden ser de tierra tranquila (sin plantar o tierra virgen) o ya plantadas (páramo industrial)”, dice Rodríguez. Su objectivo es «generar economías de escala y mejorar el retorno de la inversión mediante técnicas de cultivo intensivo y superintensivas», añade Arias.

157.000 €

La región y el tipo de cultivo determinan su valor. Las propiedades de nueva explotación con infraestructuras de regadío en Andalucía pueden costar entre 30.000 y 40.000 euros por hectárea (cultivo permanente), pero una explotación de aguacate (en plena producción) puede llegar a superar los 120.000 euros por hectárea. Según el informe Suelo Agrario en España 2022 de Tinsa, la hectárea cultivada de mayor valor corresponde a los invernaderos (157.000 euros), seguida de las hortalizas al aire libre (72.200 euros) y los cítricos de regadío (53.100 euros), el olivar de regadío (36.200 euros) y los frutales no cítricos (36.100 euros).

La compraventa de terrenos es solo una de las ramas de este negocio fructífero. «Se ha multiplicado por 10 el número de fondos que participan en empresas agroalimentarias», calculado en CBRE. Las operaciones de fusión y adquisición de empresas del sector son habituales entre fondos de capital que invirtieron en importantes transacciones en la Península Ibérica en 2015. Principalmente buscan empresas agroindustriales para crear la negociación, y posteriormente desinvertir.

Algunos ejemplos recientes son la operación de la gestora Azora, especializada en hoteles y viviendas de alquiler, que ha comprado el 33% de ISFA, que tiene como objetivo el desarrollo de explotaciones de almendros de alta densidad. También Nuveen, una de las administradoras de inversiones más importantes del mundo, ha iniciado negociaciones de inversión en tierras agrícolas. Fremman Capital compró la firma valenciana familiar Frutas Bollo por 300 millones. Y el productor español de fruta fresca Citri&Co ha confirmado un acuerdo con PSP Investments, uno de los mayores gestores de inversiones de pensiones de Canada. El fondo adquiere las tierras de cultivo para que la compañía española las exploite.

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