Manu Payet está en la entrevista como en el escenario: locuaz, seductor, narrador, levantándose asiduamente de su silla para imitar a los que han contado en su vida, multiplicando las divagaciones como por miedo a olvidar un elemento de su carrera. «Pequeños reunioneses que aterrizaron en París» en el 2000, solo para hacer una » ensayo «. Veintitrés años después, el locutor de radio convertido en comediante, comediante y director presenta su nuevo programa, Emanuel 2, donde dice «el chico que[il est] convertirse «.

Lea también: Artículo reservado para nuestros suscriptores Una copa con Manu Payet, «Soy un tipo que viene de lejos y dice ¿por qué yo? »

O un » tipo « 47 años, asombrado padre de una niña de 6 años que, atropelladamente, encuentra que la música está demasiado alta en los conciertos de rap, usa anteojos con lentes progresivos, le gusta el helado de ron y pasas, ha bailado sobre los títulos desconcertantes del grupo Elmer Food Beat, consumido sin contar cigarrillos Chevignon, Peter Stuyvesant y hasta bidis, tiene un diploma ahora cancelado (el DEUG, dos años después del bachillerato) y no le gusta que lo miren cuando hace un nicho con su coche. En definitiva, un casi “boomeur”, pero que se asume a sí mismo.

Crónica del paso del tiempo y la nostalgia que lo acompaña, este itinerario de casi cincuenta años puede parecer banal, trillado, pero puede disfrutarse como una velada entre amigos gracias a la habilidad de Manu Payet para plantear situaciones con precisión y para contar historias con terrenalidad, sin ser malo ni una sola vez. Seis años después Emanuelsu anterior unipersonal, inconcluso y extenso, el humorista vuelve con fuerza, más íntimo, más sincero y naturalmente entrañable.

«Amo mi presente»

«Amo mi presente»resume, sentado frente a un vaso de agua mientras espera – impaciente – «la hora del binouze». El que considera tener mucho tiempo «falta de nervio»quien tiene problemas con los shows «inmodesto» esta vez ha optado, con autoburla y humor, por » Dile a todos » : primer viaje a Francia continental a la edad de 6 años para… cirugía testicular, cita, treinta años después, en un laboratorio para un espermograma y la angustia de su resultado. Tantas tribulaciones contadas con tanta sinceridad que se salva el pudor.

«Todo te da risa, pero la vida no es eso, hay que trabajar duro»sin embargo, golpeó a su madre, maestra en una escuela de enfermería, «aturdido» por la propensión de su hijo mayor a hacer payasadas. “Cuando era adolescente, me propuse llevar la fantasía al hogar. En esta familia catho, estricta, con una educación schlague, soñé que las cosas saldrían de otra manera”, recuerda Manu Payet. Tras una ruptura que le dejó K.-O. (“Era la chica más bonita de la universidad”), termina escuchando a su madre: “No vas a llorar toda tu vida, aléjate de ella, ve y vuélvete bilingüe. Eso es equipaje. » La salida, en la familia Payet, no costó nada gracias al padre, un ex vendedor de helados que, a fuerza de escalar escaleras, se convirtió en el responsable de los fletes del Océano Índico para Air France.

Te queda el 53,18% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.