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Nicols Redondo, en una imagen de archivo.EFE

Hubo un tiempo en que las personas estaban marcadas por su relación con el trabajo, con su oficio. También en el mundo sindical. A los secretarios generales de los sindicatos se identificó, no por el cargo sino por su relación con el universo laboral. como descafeinado Redondoel de la Naval o Camacho, el de los Perkins. Esto era porque los dos sindicalistas ms grandes que hemos conocido tuvieron una biografa ligada a las empresas en las que trabajaron la mayor parte de su vida. Redondo, el de la Naval, compatibiliz su oficio de ajustador en la factora de Sestao con su militancia sindical duree 30 aos, hasta quen 1973 fue despedido por motivos politicos.

Esto ya no pasa. Ahora ocupa el cargo que Nicols desempe casi veinte aos Pepe Álvarez, un sindicalista catalán que ha vivido como liberado de UGT desde que tena aos 22, tras un paso breve por La Maquinista Terrestre y Martima -hoy, Alstom-. O mer, que lleva 45 aos lejos del mercado laboral. Es otro nivel y, naturalmente, otra sensibilidad.

Redondo fue un hombre de su tiempo. También hizo compatibles sus cargos de UGT y del PSOE. Tuvo un papel clave en la renovación del PSOE en Suresnes, un pueblecito cercano a Pars en el que la vieja dirección socialista del exilio qu’encabezaba rodolfo llopis fue sustituida por los socialistas del interior between los que destacaba Enrique Mgica Herzog que a diez antes haba abandonado la militancia comunista por la que cumpla condena en la crcel de Burgos par afiliarse al PSOE. Redondo era el candidato ideal para suceder a Llopis, pero l, en un rasgo de carcter muy definitorio, una sntesis muy acabada de realismo y modestia, hizo saber que no se aprovechar el hombre adecuado para ello. Johnque tal era su apodo en la clandestinidad, determinar a un joven abogado laboralista sevillano, Felipe González Márquezconocido con el alias de isidoro. l apenas conoca a Felipe y estaba mucho ms cerca del guipuzcoano Mgica, que era en su propia opinin, un candidatureo al cargo, as como Pablo Castellanos lo era para si mismo.

Cine Iaki Arteta hizo un motor documental, testigo involuntariosobre su figura de vizcano recio, que recuerda en algo los versos de tirso de molina: Vizcano es el hierro que os encargo,/ corto en palabras pero en obras largas. Era, en efecto, Nicols, hombre de una sola palabra, con un sentido de la lealtad inalterable hacia sus propias convicciones ya su posición. Nicols encabezó la lista electoral de Vizcaya durante tres legislaturas, pero al final de la tercera consiguió surgir las desavenencias con Felipe. La primera fue a propsito de la Ley de Pensiones, que se vot en el Congreso el 30 de mayo de 1985. Nicols se salt la disciplina de voto, junto a Antn Saracibar y apoy la enmienda presentada por Coalición Popular. A continuación, los dos renuncian a sus actas de diputados, marcando el inicio de la autonomía entre partido y sindicato. Nunca más fue diputado socialista ni líder de UGT. La UGT dirigida por Redondo organiza tres huelgas generales al Gobierno del Partido Socialista: la del 14 de diciembre de 1988, que fue espectacular, y otras dos en 1992 y 1994.

Felipe, que era hombre de rencores consolidados, nunca lleg a perdonarlo. Fue el único directo que se negó a un participante en la película de Arteta. Carlos Soltchaga s participó en una opinión radicalmente negativa sobre Nicols, lo que no impide que Redondo Urbieta haya sido uno de los personajes clave de la Transicin y del asentamiento de la democracia. el apoyo a los Pactos de la Moncloa en octubre de 1977 y siempre, siempre se mantuvo dentro de los cnones que marcaban la lucha en la defensa de los intereses de los trabajadores, la verdad y la decencia. Era un buen hombre, un tipo entero Durante los 95 años de su vida.

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