«No vamos a aceptar ninguna propuesta que ponga en juego el modelo de consentimiento», advirtió el Ministerio de Igualdad tras meses de negociación
El hartazgo del PSOE y la orden explicada de Pedro Sánchez para aplacar la «preocupación social» por los efectos indeseados de la ley del lentohan forzado al Ministerio de Igualdad a negociar permutas e, incluso, a aceptar por primera vez y tras meses de negación la posibilidad de someterse a las penas mínimas. Es decir, abordar la causa que es detrs de las ms de 300 rebajas de condena a agresores sexuales desde la entrada en vigor.
This aumento de las penas mínimas es una de las contraofertas que lanz el Ministerio que encabeza Irene Montero al PSOE con tal de desactivar la propuesta hecha por el Ministerio de Justicia para «correct» la ley, que Podemos rechazar de plano y que denosta de manera vehemente por «volver a un esquema» que «se carga» el «corazn» de la ley del lento Porque, se enfatiza, recupera la intimidación y la violencia como ejes y desplaza el consentimiento como respuesta para juzgar las agresiones sexuales.
Por tanto, la respuesta del Ministerio de Igualdad a la propuesta de anunciar la ley del PSOE fue tajante. «No vamos a cetar ninguna propuesta que pongamos en juego ese modelo de consentimiento, que es una conquista del movimiento feminista», dijo la secretaría de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez ‘Pam’.
Es decir, que si el PSOE quiere plantar como iniciativa en el Congreso a texto identico al redactado por el Ministerio de Justicia la posicion de Unidas Podemos ser oponerse con fiereza. Eso implicará políticamente un choque entre socios y más grave que el de la ley trans u otros asuntos. Apesta la ley del lento es la norma bandera de Podemos en este Gobierno. Y empujara al PSOE a apoyarse, posiblemente, en el PP. No obstante, en Igualdad se muestran confiados en que hay margen para el acuerdo y en que su voluntad en salvar la negociación sin llegar a un escenario más grave.
Negociación secreta
La historia de este desencuentro esta definitivamente el pasado mes de diciembre, cuando Moncloa orden frenar la sangra de imagen que estaba teniendo el Ejecutivo con el continuo goteo de rebajas de condenas sin ofrecer a la opinin pblica el relato de que haca algo para remediarlo. Fue concretamente el da 8, en pleno puente de la Constitucin, cuando Justicia ense a Igualdad su propuesta de cambio de la ley y forz una negociacin que ha permanecido secreta hasta ahora. Cuando se ha visto que los dos socios están encallados en sus posiciones sobre el calado de los cambios.
Para empezar, Igualdad no quiere cambiar el texto de la norma y se ferra a que hay un problema de una «interpretación incorrecta» de la ley por parte de una «minora» de jueces, que no está aplicando la norma como debera. Sin embargo, y aunque Igualdad tiene un declogo de propuestas para ayudar a esa «implementacin», Montero ha asumido ya que la ley del s es s va a aguantar que cambiese y que afecte al Cdigo Penal.
Par eso mismo, la propuesta de Justice, que se insiste en rechazar tal como est, fue respondida en diciembre por Irene Montero con hasta tres ofertas para modificar el Cdigo Penal «que pueden ayudar a evitar menos interpretacin a futuro» por parte de los jus . Porque se haga lo que se haga, los condenados tienen derecho a cogerse a la ley ms beneficiosa, al margen de su tiempo en vigor. Por lo tanto, Igualdad reconoce que sus propuestas, también la de Justicia, «no van a resolver la situación de hoy», pero sí podrán «aliviar la situación de preocupación social» que existe hoy.
La oferta más importante de las tres fue someterse a las penas mínimas. De las otras dos, una era ubicar el derecho transitorio en el ttulo preliminar de la ley «para que no se ponga en duda» y la otra no la quiso espeficiar la delegada contra la violencia de gnero, Victoria Rosell.
Ninguna de esas tres ofrecidas fue aceptada y Justicia se mantiene inamovible en cambiar parte del esquema penal, retomando la violencia y la intimidación como factores para determinar las penas más altas y bajas. «No podemos permitir ese modelo», dijo Rodrguez, que asegur que est en juego el «retroceso de las mujeres».
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