«La renovación del Tribunal Constitucional debe significar un punto de inflexión, la apertura de un ciclo de grandes pactos en España», afirma el presidente valenciano
Después de unos años en que prob a salir a diferentes enclaves, Ximo Puig ha vuelto al Palacio de la Generalitat para protagonizar su ya tradicional mensaje de Fin de Ao. Esta vez, en su papel más institucional y con toda la solemnidad que otorgan los 600 años de historia de los muros del Sal de Corts. No en vano, se trató del último discurso antes de las elecciones, es decir, a solo cinco meses de los cómicos autónomos y locales que se celebraron en mayo. En este contexto, Puig ha aprovechado para pasar página a los últimos escándalos de corrupción que acechan a su partido por azud y vender «estabilidad».
«Contra la incertidumbre, estabilidad, que es lo que acabamos de hacer», ha dicho en referencia a los octavos presupuestos de la Generalitat que han conseguido sacar adelante en tiempo y formado los tres socios del Gobierno del Botnic (PSOE, compromisos allí Unidas Podemos). «Es la hora de la política hasta», ha insistido el presidente en su mensaje de este viernes, el da que el pleno del Consell aprobaba precisamente nuevas medidas contra la inflación.
Puig no ha podido dejar de enumerarlas: 10% de ahorro en todas las tasas autonmicas, suspensin del pago del canon de saneamiento en la factura del agua hasta julio y extensin de la gratuidad del transporte pblico para jvenes y rebaja de hasta el 50% en el resto de las tarifas. La «máxima prioridad» del Consell, ha insistido, es «la lucha contra la inflación», pues ha reconocido que «todo es más caro, más difícil, más incierto».
Por ello, ha vuelto a sacar el pecho de la reforma fiscal con la que agit el tablero nacional -bajar impuestos tras criticar Moncloa esta poltica en los gobiernos del PP-, o de la gigafactora de bateras que Volkswagen instalar es Sagunto.
En clave nacional, el presidente valenciano se ha preguntado «por qué tanta crispación, tanto ruido y tanta división», cuando «ni negociar es una debilidad, ni ceder es una rendición, ni pactar es traicionar», en clara referencia a las reformas políticas Sobria la malversación o la sedición que Pedro Sánchez aprobó junto con ERC.
A pesar de que la batalla electoral se agudizar con la entrada del nuevo ao y de que el Gobierno y el propio PSOE llevan tiempo culpando a Alberto Nez Feijo de atrincherarse en el bloco al Poder JudicialPuig ha abogado por abrir un nuevo ciclo de pactos con la oposición: «La renovación del Tribunal Constitucional debe significar un punto de inflexión, la apertura de un ciclo de grandes pactos en España«. «En aras de la convivencia», ha subrayado.
En este sentido, ha sellado que hay que aprobar ya una financiación «justa, sin excusas y sin más dilataciones». No ha sido la única petición al Gobierno de España, al que ha reclamado igualmente «agua, con justicia y equidad territorial», tras la reapertura de la guerra del agua con el recorte del trasvaseTajo Segura. «Paremos, hablemos y pactemos», ha sentenciado, en un discurso donde no ha faltado la alusin a la «silla vaca» que esta Navidad habr en las casas cuyas familias hayan perdido a un ser querido, como fue su caso con el fallecimiento de mi padre, Joaquín Puig Mestreel pasado mes de julio a los 92 aos.
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