«The Outreau Affair», sobre France 2: la espiral del desastre

FRANCIA 2 – MARTES 17 Y 24 DE ENERO A LAS 21:05 h – DOCUFICCIÓN

El paso del tiempo no disminuye el asombro: más de veinte años después del estallido del asunto Outreau, salimos asustados y asqueados de la serie documental de cuatro capítulos que le dedica France 2, abrumados por los horrores que sufrieron los niños del barrio de la Tour du Renard (doce fueron reconocidas como víctimas de violación y prisión sexual por nada.

La serie de Agnès Pizzini y Olivier Ayache-Vidal describe la mecánica de la catástrofe jurídica del XXI^mi siglo. O cómo «un incesto llano» -título del primer capítulo- denunciado por los hijos de Myriam Badaoui y Thierry Delay, se transformó, a lo largo de la investigación dirigida por Fabrice Burgaud, en una vasta red de pedofilia que involucraba a «notables», luego en el asunto francés Dutroux.

Antes de que el edificio construido por este joven juez encerrado en su oficina y sus certezas, abrumado por la avalancha de revelaciones de las que se había vuelto imposible desentrañar lo verdadero de lo falso, se derrumbara durante los juicios de Saint-Omer en 2004 y de París en 2005 : Trece de los diecisiete acusados ​​fueron absueltos.

Recreaciones de escenas

Cuatro de ellos, Thierry Dausque, Daniel Legrand, Alain Marécaux y Dominique Wiel, relatan la aplanadora judicial y mediática bajo la que han pasado, mientras que Jonathan Delay, uno de los cuatro hijos del matrimonio Badaoui-Delay, evoca su infancia en un hogar bañado en miseria, alcohol y porno VHS, y su estatus ambivalente: víctima de violaciones que destrozaron su vida, culpable -como muchos- de mentiras que destrozaron a otros.

La serie destaca por su gran originalidad formal, a medio camino entre el documental, con imágenes de archivo y entrevistas frente a la cámara de varios protagonistas, y el cine: determinadas escenas cruciales del asunto son interpretadas por actores, que reproducen los diálogos extraídos del expediente judicial. .

Estas reconstrucciones, en un marco sorprendente, involucran al espectador en la sala de estar de Badaoui-Delay, en la comisaría de Boulogne-sur-Mer, donde los niños han contado cómo los adultos «hacer modales»o en el despacho de Fabrice Burgaud, donde las fabricaciones de Myriam Badaoui y los errores del juez han mantenido la espiral infernal.

A esta exitosa serie le faltan las palabras de los que más nos gustaría escuchar, con veinte años de retrospectiva: la del propio juez Burgaud, la del fiscal de Boulogne-sur-Mer, Gérard Lesigne, las escuchamos de todos modos vale para su comparecencia ante la comisión parlamentaria de investigación instituida en la culpa del caso-, y las de los cuatro condenados: Myriam Badaoui, Thierry Delay, Aurélie Grenon y David Delplanque. Algunos no quisieron participar, otros no fueron encontrados.

Además, lo que la serie gana en cátedra y en poder evocativo gracias a su proceso narrativo, lo pierde en fina comprensión del archivo: la televisión no puede tratar de forma exhaustiva una historia tan densa como la de Outreau, ni siquiera en cuatro capítulos de cincuenta minutos. Para completar la serie y entender el caso en toda su complejidad, puede ser útil leer Outreau, la historia de un desastre (Max Milo, 2022), en el que el abogado Gilles Antonowicz explora cada contratiempo para entregar un análisis clínico.