ARTE – MIÉRCOLES 18 DE ENERO A LAS 20:55 – CINE

Un cantante anticuado que se encuentra reavivando la llama (cuando yo era cantante, 2006). Un ladrón disfrazado de capataz de obra que asume el reto del bien común (Al origen, 2009). Un extraño que se hace famoso de la noche a la mañana (súper estrella, 2012). Un gran burgués, especialista en hipo, que sueña con ser cantante (Margarita, 2015). A fuerza de indagar, de película en película, en la cuestión de la creencia (y sus satélites, de la impostura a la gracia), Xavier Giannoli, gran destilador de fábulas dedicadas al pacto ficcional, se enfrentará un día al desafío de la fe. Es elegido hecho con La apariencia (2018), salvo que este film “twist”, imposible de abrazar, adopta una conducta más sinuosa que rectilínea.

Herido durante un reportaje en una zona de guerra donde Dios todavía tiene la palabra, Jacques (Vincent Lindon), un gran reportero, es repatriado de urgencia a París, donde, por una singular ironía del destino en esta tierra santa de la laicidad, Dios lo espera de nuevo. , en virtud, se supone, de su ubicuidad.

Esta vez toma la forma de una llamada telefónica desde el Vaticano. On lui demande d’exercer sa profession au sein d’une commission d’enquête destinée à prouver la véracité ou l’imposture du récit d’une jeune fille du sud-ouest de la France, Anna, à laquelle la Sainte Vierge serait apparue repetidamente. Preocupada por la dimensión que tomó el evento, la Santa Sede redobló sus precauciones.

Carácter silencioso

Lejos de la religión de su infancia y de la fe, sin mostrarse hostil hacia ellas, Jacques asume el desafío de la investigación que le ha sido asignada. Dentro de una comisión muy diversamente constituida (desde el cura hasta el psiquiatra) le corresponde la tarea más ingrata, la de investigar según las reglas de la investigación periodística sobre un fenómeno, la visión, que se le escapa por naturaleza. Esta aporía se convierte, por desgracia, en la que se enfrenta la propia película. Requerido por su misión, pero perturbado por la joven, el personaje interpretado por Vincent Lindon -aquí reducido a un personaje mudo que lo hace visiblemente infeliz- se encuentra continuamente en medio del vado.

La solución imaginada por Xavier Giannoli para salir de ella (una pista policial que conduce, como el Espíritu Santo, a una tercera persona) tiene el efecto de un deus ex machina destinado a conciliar tanto la hipótesis de la verdad como la de la mentira. . En una palabra, defender, como cineasta que se precie, las virtudes de la ilusión. Por sutil que sea, esta dialéctica parece ineficaz cuando se trata de un tema tan candente como la representación de la fe en el cine. Aquí siempre será preferible decidirse entre dos caminos extremos: el de Dreyer (pedido1955) y Rossellini (viaje a italia1954), o la de Bergman (El séptimo sello1957) y Mocky (el milagroso1987).

La apariencia, una película de Xavier Giannoli. Con Vincent Lindon, Galatea Bellugi, Patrick d’Assumçao (vie., 2018, 144 min). transmitir y disponible en VOD seguro Arte.