Se cree que las empresas solitarias recurren al financiamiento externo cuando se requiere un bombeo para superar una cobertura o para impulsar su crecimiento, pero los instrumentos financieros resultan en mucho aprovechamiento para otros fines. La liquidez es necesaria para afrontar el pago de las facturas cuando los ingresos tardan en llegar, o para realizar inversiones como la adquisición de bienes —maquinaria o equipos informáticos— sin tener que efectuar el gran desembolso que supondría comprarlos.

El prestamo bancario sigue siendo uno de los recursos financieros más utilizados por las empresas españolas, aunque, señala Francisco Puértolas, director del máster de Dirección Financiera de EAE Business School, el abanico de opciones es mucho más amplio. «La elección del objetivo que el empresario se haya fijado», puntualiza. Un experto, como gerente de la entidad bancaria, puede contribuir a definir el instrumento más adecuado a cada propósito. E, incluso, ayuda a tramitarlos.

Son sus fórmulas financieras según las necesidades más habituales:

Financiación para hacer frente a los pagos corrientes (y recibir los cobros anticipadamente)

Las pequeñas y medianas empresas (pymes) requieren de liquidar —dinero al que tener acceso en cualquier momento— para abonar suministros como el agua y la electricidad, las nóminas y las materias primas, así como bienes y servicios a sus proveedores. Pero no siempre se cuenta con liquidez suficiente por diversas razones. Lo más habitual, explica Francisco Isidro, profesor de economía y finanzas de ESIC Business & Marketing School, es la calcomanía que experimentan las pymes entre la salida de capital para efectuar los pagos y la llegada de los ingresos.

Es el caso de una compañía que tarda tres meses en cobrar los servicios o los productos, pero ha de abonar las deudas con sus proeedores mucho antes de que se cumpla este periodo y no cuentan con el capital suficiente. Para evitar, apunta Isidro, las organizaciones tienen disposición varias soluciones para contar con el capital que necesitan y cumplir con sus obligaciones.

Líneas de crédito. Este instrumento propone un contrato por el que la entidad bancaria pone a disposición de la empresa una determinada suma de dinero por un tiempo concreto. El empleador sólo retira las ofertas que concretará y paga intereses por el monto que haya utilizado, además de una comisión por la disponibilidad de capital. Una vez devuelto, puede contar de nuevo con el credito Durante el tiempo que se haya convenido: «Es un colchon para el dia a dia con el que ajustar los desfases entre pagos y cobros y, sobre todo, para los desembolsos no esperados», detalló Isidro.

Factorización. Por esta solución, la pyme recibe la importación de las ventas a sus clientes antes de la fecha de pago acordada. Es una entidad bancaria la que adelanta a la pyme la cantidad y le descuenta una comisión, ya que le cede el derecho de cobro de sus facturas al banco, que se encarga de cobrarlo a los clientes. Las entidades bancarias ofrecen dos modalidades: el factorización sin recurso, que protege al empresario de impagos, y si el cliente no abona la factura, el banco cubre el coste; y ahí factorización con recurso, que no incluye este seguro de impago y es la sociedad que contrata el servicio la que debe responder.

El descuento comercial es una variante de factorización, pero en lugar de ceder los derechos sobre sus facturas, lo hace sobre un efecto comercial no vencido (un título de deuda), como un cheque, un pagaré, un recibo no negociable o una letra de cambio. La pyme asume el riesgo de impago.

Confirmación. Este producto financiero permite a la empresa aplazar el pago de sus facturas. La entidad bancaria, explicó Puértolas, adelanta el importe de que la compañía debe sus proveedores a cambio de una comisión y un tipo de interés, que la empresa satisfaga después: «Si espera cobrar a 90 días, se vende ese derecho a una entidad financiera que adelanta la importación”.

Financiamiento para adquisición de maquinaria y otros bienes de equipo

En ocasiones, las pymes no disponen de recursos para comprar bienes de equipo, como la maquinaria que necesita para el desempeño de su actividad. Is the case de una tahona que necesita un horno nuevo más eficiente or una gestoría que desea cambiar sus equipos informáticos. José Antonio Clemente, catedrático de Economía y Finanzas de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) explica que la primera opción de que a muchos empresarios les venga a la mente será solicitar un prestamopero, indica este experto, hoy es común recurrir al alquiler de estos bienes a través de dos modalidades: el alquiler y ahí alquiler.

Alquiler. Es un tipo de contrato para obtener a partir de la opción de compra al final. Se utilizar, indica Puértolas, par la acquisición de bienes destinados a la actividad comercial o industrial: «Activos clave como la maquinaria, los vehículos industriales o los inmuebles», detalla este experto. Los gastos de mantenimiento corren a cargo del arrendatario, pero las cuotas se descuentan del precio final cuando finaliza contrato.

Alquiler. Esta modalidad permite el alquiler de bienes por un tiempo determinado. Se trata de un pago por uso que incluye los servicios asociados al bien arrendado. Resulta útil, señala Puértolas, para activos no esenciales del negocio, como los vehículos de representación o los sistemas de climatización, como las calderas o las placas solares. Esta fórmula ofrece el impuesto sobre las ventas, costo que permite deducir el impuesto sobre el valor agregado (IVA) y el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) del bien.

Financiación pública: prestamos en condiciones favorables y avales

Las pymes con dificultades para acceder a cualquier forma de financiación, indica Puértolas, disponen de vías alternativas. Diversas instituciones públicas permiten que este tipo de negocios accedan a financiamiento en condiciones ventajosas.

Líneas ICO. El Instituto de Crédito Oficial (ICO), una agencia financiera del Estado, pone a disposición de las empresas varias fórmulas de financiación. Además del préstamo tradicional ofrece líneas de crédito, alquiler allá alquiler, debiéndose liquidar para hacer frente a los gastos corrientes, adquirir activos o adecuar y reformar las instalaciones, hasta un máximo de 12,5 millones de euros. La solicitud para acceder a financiación se realiza a través de las entidades bancarias, que ayudan al empresario a elegir las líneas que jor se ajustan a sus necesidades y lo acompañan en el proceso.

Sociedades de Garantía Recíproca (SGR). En ocasiones, las pymes no cuentan con tragar suficiente para acceder a la financiación que necesitas a través del banco. Para estos casos, indica Clemente, las SGR brindan esta garantía y el acceso a capital en condiciones más favorables que las de los préstamos habitables, comme menores tipos de interés y plazos de devolución más amplios. Las SGR no proporcionaron capital, sino las garantías que necesitan las pymes para que las concedan a través de la Compañía Española de Reafianzamiento (CERSA), la entidad pública que gestiona las golondrinas.

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) del Gobierno, que articula las ayudas del fondo europeo próxima generación de la UE, ha reforzado la actividad de CERSA, así como de las líneas de financiación del ICO. En cualquier caso, antes de decantarse por una fórmula de financiación, es recomendable consultar con el asesoramiento profesional de un experto así como con la entidad bancaria, que ayudará a sus empresarios a tomar la decisión más acertada y resolverá sus dudas.

El tamaño y el sector determinan la necesidad de financiación

El 58% de las pequeñas y medianas empresas (pymes) recurrió a alguna fuente de capital colgante en 2021, de acuerdo con el informa La financiación de la pyme en España, de la Confederación Española de Sociedades de Garantía Recíproca (Cesgar). Una cifra 23 puntos por encima de la de 2019, el ejercicio previo a la pandemia, lo que refleja el impacto de la crisis sanitaria en las empresas españolas.

El tamaño de la organización condiciona también el capital externo exigido. De acuerdo con el documento de Cesgar, el porcentaje de empresas con necesidad de financiación elevó hasta el 84 % para las compañías de entre 10 y 49 empleados, mientras que fue del 53 % para las más pequeñas, las que no cuentan con personal asalariado y los trabajadores autónomos. También ha habito sectores con mayor demanda: el primario, la industria manufacturera, el transporte y la hostería tuvieron necesidades de financiación muy superior a la media colgante 2021.

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