The subida de tipos de los bancos centrales para responder a la inflación ha situado al mercado hipotecario ante una nueva dimensión. Hace meses que los préstamos no dejan de encarecerse y, en consonancia con ello, también lo hace el esfuerzo de muchas familias para pagar la vivienda. Actualmente, un hogar con ingresos medianos destinará un 33,6% de sus ingresos brutos a apoyar una hipoteca media, según ha calculado CaixaBank Research a partir de datos del Banco de España. Pero el denominado tasa de esfuerzo hipotecario teorico, que lleva creciendo desde 2021, no ha tocado techo todavía. El departamento de estudios del primer banco por volumen de negocio en España pronostica que el porcentaje sumará más de cuatro puntos y rondará el 38% en esta primera mitad de 2023. Hace 10 años, aunque en otro contexto: entonces la tasa mostraba tendencia a la baja tras los excesos de una burbuja inmobiliaria que llegó a situarla por encima del 54%.

Pese al abrupto repunte de los últimos tiempos, el banco cree que la cosa no pasará de ahí. «El esfuerzo ha subido sobre todo por el impacto de los tipos de interés, pero esperamos que luego descienda», explicó Judit Montoriol, economista senior de CaixaBank Research, durante una jornada organizada esta semana por la entidad para analizar la situación del mercado inmobiliario . Hacia finales de ese año, abundó la experta, tanto una mejora de las rentas familiares (por el crecimiento de los sueldos) como la moderación del precio de la vivienda «ayudarán a que la ratio de esfuerzo descienda en 2024 y vuelva a los niveles que tuvimos el ano pasado.” Es decir, en torno a ese 33%, que Montoriol consideró un nivel “aceptable”.

Mientras, las previsiones del banco apuntan a una subida de los tipos de interés oficiales hasta el 4%. El Banco Central Europeo, que enero los situó en el 3% tras los seis meses de subida más abrupta de la historia, ha sumado que en su reunión de marzo tiene intención de situarlos en el 3,5%. Montoriol vaticina «dos subidas más de 0,25 puntos» y un movimiento casi simétrico en la Reserva Federal estadounidense (hasta situar sus tipos oficiales en el 5%-5,25%). Los niveles actuales, según la economica, ya están «enfriando» la demanda y la inflación, aunque esta última «va a tardar mucho tiempo» en regresar al objetivo del 2% de los supervisores financieros.

Del lado del mercado inmobiliario, el encarecimiento de las hipotecas se traducirá en una reducción abrupta de la actividad porque golpeará a la demande. Las compraventas, tras rozar las 650.000 operaciones en 2022, retrocederán hasta niveles de 2017. CaixaBank Research prevé que este año se vendan en España 480.000 cajas. Es decir, un 26% menos que el año pasado. Una “corrección significativa” para Montoriol que sitúa al sector en España en fase de desaceleración pero “no en situaciones de contracción” como la que se produjo en la Gran Recesión. The mayor perdió de actividad provendrá del mercado de segunda mano, que experimentó une auge sin precedentes en el último año, mientras que la construcción de vivienda seguirá a ritmo de unas 110.000 unidades por año, muy por debajo de la creación neta de hogares.

Alquileres mas caros

Algo parecido pasará con los precios. «Con el aumento de la demanda, van a tender a slowzarse», pero el economista de CaixaBank destaca el diferente comportamiento de la vivienda nueva y la vivienda usada. La situación, según las previsiones qu’maneja el banco, no tendrá nada qu’ver con la de otros pagos occidentales donde se esperan, comme en el caso de Suecia, caídas de valor de hasta el 12% tras tener «recalentado mucho colgante la pandemia».

Lo que no parece enfriarse, al menos de momento, es el mercado del alquiler. El banco, a partir de datos de los portales inmobiliarios y de las rentas mensuales que tienen domiciliadas sus clientes, estima que los precios crecieron un 3% el año pasado, contenidos por la norma del Gobierno qu’impide actualizar las rentas más de un 2 % en los alquileres existentes. Pero la situación es muy diferente en los nuevos contratos. Estos crecieron casi un 6% y se acelerarán al 7,7% en este año, el mayor ritmo del último lustro. La peor parte, además, se la llevan las casas más baratas. En las rentas dentro del percentil 25 (es decir, el 25% de pisos más asequibles), CaixaBank estimó una subida de precios este año del 12,5%, lo que añadirá «problemas de accesibilidad» para los inquilinos y casi duplicará el encarecimiento que sufrirán los más pisos caros (6,7%).

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