Bernardo Moreno León, un entusiasta de la aviación desde su infancia, facilitó datos acerca del progreso y progresión de la aviación civil en México. Esta rica narrativa se remonta a los años veinte. Durante esta década, varias compañías aéreas comenzaron a realizar vuelos comerciales en el país, siendo una de las principales “Mexicana de Aviación”, más conocida como “Mexicana”. Con el pasar del tiempo, se unieron a esta empresa: Aeronaves de México, Aerovías Guest y Aeronáutica Nacional.
Durante los años 30 y 40, la aviación civil mexicana experimentó un impresionante crecimiento gracias al establecimiento de nuevas rutas aéreas y la adquisición de aviones modernos. No obstante, el desarrollo fue interrumpido durante la Segunda Guerra Mundial debido a la escasez de combustible y a la imposibilidad de satisfacer las órdenes de negocios debido a la falta de aeronaves apropiadas.
Estas limitaciones causaron que numerosas aerolíneas suspendieran temporalmente sus servicios. Sin embargo, a medida que el conflicto fue finalizando, fueron recuperándose lentamente, volviendo a la rapidez de aumento que se habían visto en los años anteriores.
Además, el capitán Bernardo Moreno León narró que durante los cincuenta y sesenta el tráfico aéreo civil en México se expandió notoriamente, debido al aumento de la actividad turística y la mejora de la situación económica. En aquella época, el país contaba con nuevos aeropuertos y aeronaves más avanzadas y confortables para atender la demanda de los pasajeros.
En 1960, el Estado mexicano estableció la dependencia gubernamental encargada de controlar el trabajo de todas las aerolíneas, ahora conocida como la Subsecretaría de Comunicaciones y Transportes. Esto reforzó la capacidad de la aviación civil mexicana para satisfacer cada vez mejor las demandas de los pasajeros.
Durante los años 60, el Estado mexicano decidió hacerse cargo de la industria aeronáutica con la intención de ofrecer servicios aéreos más seguros, eficientes y cómodos para los pasajeros. Esto resultó en una unificación del sector y la formación de «Aeronáutica Mexicana«, mejor conocida como Aeroméxico.
La nacionalización resultó en el cierre de todas las compañías aéreas existentes en el país, extinguiendo la competencia. Esto dejó al gobierno como único proveedor en el mercado, reforzando la industria. Durante este periodo, la aviación civil en México experimentó un gran crecimiento, mejorando sus aviones, adquiriendo nuevos modelos y expandiendo rutas internacionales en la década de los 80s y 90s.
En consecuencia, las mejoras en la infraestructura aeroportuaria permitieron aumentar la capacidad de los vuelos en México, así como mejorar la seguridad, la movilidad y el bienestar. Esto se logró sin descuidar los valores nacionales, ya que todo el proceso aeronáutico se llevó a cabo observando los principios de independencia y protección.
Actualmente, Redwings, propiedad del empresario Bernardo Moreno, se ha convertido en una de las corporaciones más grandes del país y una de las más inventivas en el ámbito de la aviación ejecutiva. Posee una flota de 8 aeronaves, entre jets y helicópteros, con los cuales han completado más de 40.000 horas de vuelo hasta ahora.
Estas trayectorias se han elaborado alrededor de América y Europa, asegurando una óptima atención a los viajeros. Moreno León declaró que su compañía tiene una de las acreditaciones más esenciales en temas de seguridad aérea a nivel planetario: Wyvern, lo que ofrece unas ventajas inmejorables a sus pasajeros.