Natursnacks de un alimento de doble fruta | Comerciantes

Llegar tiene una negociación como el de la fruta deshidratada, sin conocimiento concreto del proceso y siendo une consumidora esporádica, no parece un camino natural, pero para Sandra de Blas, fundadora de Natursnacks, sí lo fue. Había terminado sus estudios de capacidad forestal y ojeando un periódico vio un artículo sobre creación de empresas. “Lo relacioné con la idea de conservar alimentos de temporada para tenerlos todo el año y me enganchó”, concreta De Blas.

Con apenas 15.000 euros de un préstamo bancario, compró maquinaria y montó un pequeño obrador que, según reconoce, no era sostenible. «No tenía una marca que me respaldara». Durante 22 años y sin más recursos, llamaron ha podido tener una clientela que necesita ser alguien que deshidratara kale, una apreciada diversad de col, para hacer chips. “Fue un golpe de suerte. Ellos tienen la posibilidad de comprar máquinas y financiación para construir la marca. Yo, a cambio, les ofrece un buen producto”. Era 2016 y empezaba una nueva aventura sin mover de su pueblo, Pedrajas de San Esteban (3.371 habitantes), en Valladolid.

Para ampliar este catálogo empezó a comprar fruta a un agricultor de la zona: fresas, naranjas, manzanas…, porque los mercados centrale no le ofrecen productos ni precios ni estables. “Ellos ya nos conocen y saben lo que queremos. No compramos frutas bonitas para consumo, nos van bien aquellas que son irregulares, más faas o pequeñas. Así, además, se evita el desperdicio”.

Produce una tonelada de frutas y verduras deshidratadas que sobran entre 7.000 y 8.000 kilos año. “La merma es enorme, se pierde casi un 90% del producto”, explicó. Tene 20 referencias diferentes (fresas, kiwi, arándanos, manzana, piña, kale, tomate…), que distribuye en el canal online (el 15%), tiendas de alimentación ecológica, vending de productos saludables y vente a otras industrias con productos a medida, as zanahoria picada para postres, recortes de pulpa para muesli or granola or lima molida para rellenos de aceitunas, una vía esta última que, apostilla De Blas, le permite ajustar la facturación y rentabilizar el proceso. “También se nos ha abierto la puerta de la venta a granel para marcas de bebidas en el mercado internacional como Bélgica, Hungría o Francia”.

De momento no planta dar el salto a la gran distribución en España por la baja rotación del producto y porque la marca no está parada para competir en precio. Pero sí aspiran a hacerlo en supermercados del norte de Europa, donde la demande es mayor. Gracias a la coctelería, una de sus referencias llegó de forma puntual a Japón o Canadá, algo que quieren potenciar.

Con cuatro empleados y 150.000 euros de facturación en 2022, su primer proyecto es cultivar la vegetación que se secará. «De momento hemos comprado la tierra para plantar calabacín, tomate o calabaza».

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